Reseña: Los Reyes de la Arena de George. R. R. Martin
Los Reyes de la Arena: Cuentos de
Terror
Hace ya cierto tiempo, la bibliografía de George R. R. Martin ha
comenzado a ser rescatada por diferentes editoriales como Gigamesh, Nova y
Océano, al menos en su narrativa larga. Refugio
del Viento, Muerte de la Luz, El Sueño del Fevre, Los Viajes de Tuf y la saga Wild
Cards han sido editadas o reeditadas en español en menos de un lustro por
los sellos mencionados. En su narrativa corta, sin embargo, hasta hace unos
meses no habíamos tenido la fortuna de contar con antologías que rescataran el
trabajo del escritor norteamericano de manera pulcra, trabajos que han sido
premiados con algunos de los galardones más selectos de ficción a nivel
mundial. Por suerte, Plaza & Janés se ha hecho cargo de la incesante demanda
por más trabajos del creador de Juego de
Tronos y ya cuenta con tres volúmenes de historias cortas, dos de ciencia
ficción – Una Canción para Lya y Viajeros de la Noche – y ahora Los Reyes de Arena, que compila ocho
relatos de terror.
Muchos años antes de comenzar a publicar novelas, Martin ya se dedicaba
a la escritura de cuentos cortos que eran publicados en revistas especializadas
y que cubrían diferentes géneros, entre ellos la fantasía, la ciencia ficción,
la historia detectivesca y el terror. Respecto de este último, es muy
interesante la manera en que el autor subvierte o actualiza el terror más
clásico. En la primera parte de esta antología, el horror no proviene de
castillos, abadías, fantasmas o casas embrujadas. Éste surge de bares,
condominios, departamentos de estudiantes universitarios, cadenas de comida
rápida o agencias de marketing. Las fobias y los temores de esta época se
revelan como lo más aterrador que puede amenazar nuestras vidas: el sobrepeso,
los accidentes de tránsito, la comida chatarra, los cuerpos flácidos por falta
de ejercicio, los dedos viscosos de un adicto a los nachos se alzan como
monstruos que alteran las rutinas de los protagonistas y los sumergen en
oscuros sótanos con innombrables secretos o los hacen recorrer largas carreteras
fantasmas donde accidentes automovilísticos se repiten una y otra vez sin fin. Incluso
las tenues nociones de un terror más clásico – Drácula, vudúes – quedan
sepultadas baja capas de una modernidad sórdida. Por supuesto, la participación
de Martin como guionista en La Dimensión
Desconocida se encuentra totalmente justificada gracias a estos cuentos. Su
terror sigue la misma línea de las paranoias modernas, incluso cuando dicha
línea no siempre sea distinguible a primera vista como en el notable El Tratamiento del Mono o mejor aún, en El Hombre con Forma de Pera, ganador del
Premio Bram Stoker en 1988.
Martin, ciertamente, también echa mano a relatos de corte fantástico en
la segunda mitad de esta antología. Es posible discernir algunos claros ecos de
los maestros del género: La Máscara de la
Muerte Roja de Edgar Allan Poe deja sentir su influencia por momentos al
igual que la obra poética más oscura del genio de Boston, El Gusano Conquistador; y la figura de Arthur Machen arroja su
sombra a través de horribles razas subterráneas que ya existían antes de la
civilización misma. Los segundos cuatro cuentos son más cercanos a lo que los
lectores del creador de Poniente
hemos llegado a esperar: criaturas fantásticas, amplios paisajes estelares,
muertos andantes. No por ello, desde luego, estas narraciones dejan de ser
sombrías recreaciones de miedos primitivos y fuerzas elementales.
Hay también otro elemento característico de su ficción corta, pero que a
menudo es pasado por alto. La innegable capacidad de Martin para combinar
géneros y producir pequeñas joyas literarias difíciles de encasillar. Ahí está
el horror mezclado con ciencia ficción y una buena dosis de existencialismo en Los Reyes de la Arena – ganadora de los
premios Hugo y Nebula –, el detectivesco Tráfico
de Piel – ganadora del Premio Mundial de Fantasía – donde muchos elementos
de la novela negra se mezclan con el terror y los licántropos, y la combinación
de ciencia ficción, terror y folklore de En
la Casa del Gusano, el más extenso de los relatos de esta antología. Todas
estas historias son prueba de que hay mucho más que fantasía épica en la pluma
de Martin y que el horror puede surgir desde las entrañas de la tierra como
desde un departamento compartido por compañeras de facultad, diferentes en su
monstruosidad, pero igualmente aterradores.
Paralelamente a sus novelas y a su trabajo en televisión, George R. R.
Martin siempre mantuvo una alta producción de historias breves. Gracias a ello,
y a pesar de las tres antologías publicadas, el lector aún está lejos de agotar
la larga lista de cuentos que abarca la ficción corta del autor. Sea seguidor
de ciencia ficción, fantasía o terror, la recuperación de este material es
motivo de gozo no solamente por su más accesible disponibilidad sino por la
comprensión de que hay mucho más en el universo de Martin que Canción de Hielo y Fuego. Su fuerza
narrativa puede asumir las más variadas formas, como el terror mismo.
Isaac Civilo B.
Los Reyes de la Arena: Cuentos
de Terror
George R. R. Martin
Plaza & Janés
2018
408 páginas
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