Reseña: El Cantar de los Nibelungos


El Cantar de los Nibelungos

Con una larguísima tradición de grandes obras literarias, el viejo continente ha legado a la humanidad algunos de los trabajos más perdurables de su historia. La Odisea, La Ilíada, la Divina Comedia, El Quijote, las Eddas, El Decamerón y Los Cuentos de Canterbury son algunas de las narraciones que han alcanzado el estatus de clásicos universales, pero son sólo la punta del iceberg en lo que respecta a la vasta riqueza literaria europea. Ya antes de éstas, existían textos y ciclos mitológicos que remitían a las diferentes culturas que se situaban en diversas latitudes de dicho continente. Fueran nórdicas, celtas, germanas o eslavas, estas narrativas encerraban las semillas que sirvieron como inspiración para muchos clásicos elaborados durante los siglos posteriores.

Una de las obras más importantes es El Cantar de los Nibelungos. Poema épico anónimo escrito a finales del siglo XIII, hoy en día forma parte esencial del cuerpo artístico europeo y hace poco más de diez años fue reconocido por la UNESCO dentro del Patrimonio Documental de la Humanidad, en su lista del Registro de la Memoria del Mundo. En él se mezclan diversas leyendas de los pueblos germánicos, hechos históricos y creencias mitológicas. Su complejidad y profundidad lo convirtieron en la epopeya nacional alemana, situándola a la altura del Cantar de Mio Cid en España y el Cantar de Roldán en Francia. Su impacto cultural ha sido tal que fue la base en la que Richard Wagner se inspiró para su magna tetralogía El Anillo del NibelungoEl Oro del Rin, La Valquiria, Sigfrido y El Ocaso de los Dioses – y para el igualmente épico díptico cinematográfico Los Nibelungos (1924), compuesto por Los Nibelungos: la Muerte de Sigfrido y Los Nibelungos: La Venganza de Krimilda de Fritz Lang, entre muchas otras obras de arte.

Considerada por muchos como la versión germánica de la Saga Völsunga o Saga de los Volsungos – texto escrito en prosa que narra la mitología islandesa y que a su vez fue la inspiración para Henrik Ibsen y su obra teatral Los Vikingos en Helgeland y para William Morris y su poema épico de 10.000 versos La historia de Sigurd el Volsungo y la Caída de la Niblungs, entre otras – El Cantar de los Nibelungos llegó a los siglos siguientes de forma incompleta a través de diferentes traducciones y la inexistencia de alguna versión en verso regular. Esto ha hecho que su publicación en español sea un proceso difícil y complejo. No muchas son las editoriales que han emprendido tal odisea y la más reciente es la publicación por parte de Los Versos de Cordelia en una hermosa edición de tapa dura con sobrecubierta y cuidadas ilustraciones en su interior.

Más de 30 son los manuscritos que han llegado a nuestros días. Los más antiguos corresponden a los siglos XII y XIII mientras que los más recientes datan de siglo XVI. Además del hecho que ninguno de estos presenta la obra completa, existen diferentes agregados o variaciones formuladas por los copistas medievales que han alterado diversos aspectos de la obra en términos de métrica, estilo y lengua. Esta edición se basa, de acuerdo a la clasificación del respetado filólogo alemán Karl Lachamann, en lo que se conoce como el texto B, por mucho tiempo considerado el más cercano a la tradición y el menos alterado por copistas u otros intermediarios. Es decir, la más fiel a la poesía heroica germana con sus marcadas costumbres, las épicas luchas y victorias, los gestos y los sacrificios heroicos, todo en contraste con un trasfondo histórico que si bien ha sido alterado a través de sus muchas versiones, mantiene coherencia respecto de la época en que fue compuesto y especialmente del espíritu teutón.

Dos son las sagas que se integran en la obra, al igual que en la Saga Völsunga. Por un lado está Sigfrido y su muerte, y por el otro, la caída de los Burgundios a manos de Atila, con la venganza de Crimilda incluida. Como parte sustancial de estas obras fue perdida a través de los siglos, es probable que copistas, traductores e intermediarios varios hayan debido completar el texto para darle continuidad – esto fue exactamente lo que J. R. R. Tolkien realizó en su traducción de la Saga Völsunga bajo el título de La Leyenda de Sigurd y Gudrún –. No obstante, y salvo en el caso del autor de El Señor de los Anillos, estos son desconocidos y pertenecen al reino de la especulación.

Como indica la introducción de esta hermosa edición, lo realmente importante, más allá de la historia de su traducción a diferentes idiomas, es sumergirse en la dimensión mitológica y universal de El Cantar de los Nibelungos. Es una obra deslumbrante que pocos equivalentes tiene en la historia de la literatura donde se presentan aquellos temas que han convocado a los seres humanos desde los albores de la civilización. El amor, el sacrificio, la amistad, la traición, la venganza y la redención son tópicos que han poblado las grandes narrativas y aquí ocupan un lugar esencial a través de la historia de personajes que son los modelos desde los que se han forjado infinidad de obras de arte hasta nuestros días: la figura del príncipe Sigfrido, heroico y leal, vencedor del dragón Fafnir en cuya sangre se baña para volver su piel impenetrable, dueño del tesoro de los Nibelungos, de la espada Balmung y la capa mágica del enano Alberico; la princesa Crimilda de quien Sigfrido se enamora; el hermano de ésta, Gúnter, quien conquista a la temible reina de Islandia, Brunilda, con la ayuda del héroe, engaño que traerá trágicas consecuencias; y más tarde, el papel del terrible guerrero Hagen que desencadenará una serie de eventos que parecen predestinados en su grandeza y en su tragedia, y que ponen de relieve un trasfondo de dimensiones épicas, mítico y que obedece a una época donde aquellos grandes héroes germanos caminaban sobre un mundo salvaje y amenazante.

Insistir en la importancia universal de El Cantar de los Nibelungos es innecesario. Sin él, innumerables obras artísticas en las más diversas disciplinas, verdaderos tesoros de la cultura occidental, no habrían visto la luz del día. Incluso fenómenos populares tan recientes como Canción de Fuego y Hielo (Juego de Tronos) de George R. R. Martin difícilmente serían los mismos ya que se les privaría de una de sus principales fuentes. La hermosa edición de Los Versos de Cordelia hace honor a tal importancia con la soberbia traducción de José Fernandez Bueno, licenciado en filología Inglesa y filología Alemana, la revisión de la misma de Luis Alberto de Cuenca, Académico de la Real Academia de la Historia y profesor de investigación del CSIC, y las evocadoras visualizaciones que acompañan al poema, extraídas de la obra plástica de pintores e ilustradores alemanes del siglo XIX de la talla de Julius Schnorr von Carolsfeld (1794-1872), Eduard Bendemann (1811-1889), Julius Hübner (1806-1882) y Alfred Rethel (1816-1859). En resumen, un volumen esencial en cualquier biblioteca que se precie de tener algunas de las obras más elevadas de la literatura universal.

Isaac Civilo B.

El Cantar de los Nibelungos
Los Versos de Cordelia
562 páginas

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