Reseña: Hyperion de Dan Simmons


Hyperion

En el año 1989, Dan Simmons irrumpió en la escena de la ciencia ficción con Hyperion, primera novela de un díptico que posteriormente terminaría transformándose en tetralogía. Si bien Simmons había cultivado considerable éxito con un par de novelas anteriores, La Canción de Kali (1985) y Los Vampiros de la Mente (1989), ganadoras del Premio Mundial de Fantasía y del Premio Bram Stoker respectivamente, no fue hasta la publicación de Hyperion que atrajo la atención de los lectores de la ciencia ficción. Simmons solía ser, hasta el año 1985, profesor de literatura, pero después de obtener los premios mencionados, se dedicó completamente a escribir. Desde entonces se ha desenvuelto en diferentes géneros y publicado novelas que van desde la fantasía, la ciencia ficción y el terror hasta la novela histórica y la novela policiaca. Dicha amplitud estilística y su innegable calidad literaria no han pasado inadvertidas para los lectores de diferentes lenguas, las numerosas nominaciones a los premios más importantes alrededor del mundo y las millones de copias vendidas en diferentes idiomas avalan el éxito y el interés que cada uno de sus libros genera.

En el campo de la ciencia ficción, Los Cantos de Hyperion, nombre con el que se denomina a la tetralogía, es considerada una de las mejores sagas y ha sido objeto de interés para lectores de todas las edades al punto que se está preparando una serie de televisión que abarcaría los dos primeros volúmenes y que está próxima a estrenarse en el canal Sci-fi. La historia de Hyperion se sitúa en el siglo XXVIII, en un universo donde los seres humanos se han expandido a través de la galaxia, dejando atrás su planeta madre ya consumido por un agujero negro artificial, y se han agrupado en un sistema llamado La Hegemonía. Ésta ha sido capaz de mantener la paz durante tres siglos a través de la Red de Mundos, una sociedad de resabios feudales, estancada, y cuyas señales de decadencia han comenzado a ser visibles desde hace décadas. Simmons equilibra el poder de La Hegemonía con las Inteligencias Artificiales del Tecnonúcleo y con un misterioso grupo existente en los bordes de la civilización llamados Éxters. El Tecnonúcleo está formado por millones de inteligencias artificiales que se liberaron del control del hombre hace siglos, pero que colaboran de manera estrecha con los seres humanos y administran virtualmente cada componente tecnológico de La Hegemonía. Los Éxters, también conocidos como bárbaros o piratas interestelares, son una rama renegada de la humanidad sobre la que no se conoce mucho, pero que amenaza el precario equilibrio de esta sociedad interplanetaria a través de acciones militares. Simmons comienza su relato cuando la guerra entre la unión Hegemonía/Tecnonúcleo y los Éxters parece inminente, pero los planes y proyectos de estas tres potencias se ven alterados por una incógnita que no habían considerado: el planeta Hyperion.

Hyperion existe fuera de los límites de la Red de Mundos, un planeta de difícil acceso que las fuerzas de la Hegemonía han intentado colonizar hace siglos, sin éxito. En él existen enigmáticas estructuras conocidas como Las Tumbas del Tiempo que parecen ser mecanismos enviados desde un futuro distante sin un propósito claro y que contienen un terrible secreto que amenaza toda forma de vida. Estas estructuras están envueltas en campos de entropía nula, una especie de campo de fuerza que es capaz de llevar las tumbas de vuelta en el tiempo. Desde éstas emerge  una criatura inescrutable, El Alcaudón, un ser mecánico-orgánico cuyo cuerpo está cubierto por una armadura de metal a través de la que emergen numerosas navajas, cuchillos y puntas metálicas, y que posee la habilidad de manipular el tiempo.  El Alcaudón es adorado como el Señor del Dolor e incluso existe una iglesia que lo considera una deidad, símbolo definitivo de la expiación de la humanidad. Tanto las Tumbas del Tiempo como su emisario representan el misterio más grande de Hyperion y el punto en que todas las fuerzas esbozadas por Simmons confluyen. Es en este contexto que la Iglesia del Alcaudón autoriza una última peregrinación al planeta, y poderes cuyos intereses permanecen en la penumbra eligen a siete peregrinos para develar su secreto.



Una de las características más llamativas de la obra de Simmons es su habilidad para incorporar elementos de clásicas obras de literatura a sus historias e Hyperion destaca justamente por ser un inmenso compendio de referencias y citas que dan fe de la gran riqueza temática y estilística de su pluma. Si bien el trasfondo de la historia es gigantesco y polifacético, es en el peregrinaje mismo y sus integrantes en quienes se puede apreciar mejor la gran cantidad de influencias que Simmons recoge. La más evidente de ellas son Los Cuentos de Canterbury del escritor, poeta y filósofo Geoffrey Chaucer, escritos hacia finales del siglo XIV. En ellos un grupo de peregrinos viaja desde Southwark a Canterbury para visitar el templo de Santo Thomas Beckett, narrando, durante su travesía, diferentes historias de gran valor alegórico. En Hyperion, el paralelo es claro en extremo: un sacerdote, un militar, un poeta, un diplomático, una detective, un profesor y un navegante son los elegidos que se encaminan hacia Las Tumbas del Tiempo. A medida que los peregrinos Lenar Hoyt, Fedmahn Kassad, Martin Silenius – una especie de Tyrion Lannister en versión sátiro, más erudito, más ácido -, Sol Weintraub, Het Masteen, Brawne Lamia y el cónsul recorren una larga senda, narran sus historias y detallan las razones que los llevaron a ser parte de esta odisea. Al igual que los peregrinos en la obra de Chaucer, los personajes de Simmons son el epítome de la sociedad barroca y recargada a la que pertenecen, plena de ideologías y religiones. El islamismo, el catolicismo, el judaísmo, el paganismo, el ateísmo, el agnosticismo e incluso la antigua religión templaria pueden ser apreciadas en los rasgos de cada uno de los peregrinos, dotando a la historia de diferentes capas de gran riqueza temática. Secretos terribles salen a la luz en narraciones que comprenden diferentes estilos y géneros. Así, el lector encuentra crónicas de reencarnaciones religiosas en mundos prehistóricos y olvidados, relatos que morfan desde la novela histórica hacia la ciencia ficción dura y desembocan en biografías oníricas cargadas de erotismo, disquisiciones lingüísticas que se transforman en reflexiones sobre el nacimiento y la decadencia del artista finalizando en atmósferas de terror, historias de detectives que se trocan en sombríos relatos de inteligencias artificiales que sufren una insoportable angustia existencial o la rebelión de un joven proveniente de un mundo colonizado en contra de poderes políticos y militares terribles.

De la misma forma, Hyperion es un enorme homenaje al poeta británico John Keats cuyo inacabado poema Hyperion da nombre al libro y cuyo lenguaje imaginativo y exuberante es una clara influencia en Simmons además de la incorporación de nombres de personajes reales y ficticios que guardaron relación con el poeta tales como el pintor inglés Joseph Severn, su prometida Fanny Brawne, el escritor y ensayista inglés Leigh Hunt o el poema narrativo del mismo Keats titulado Lamia, entre otros. La referencias literarias, sin embargo, no terminan ahí, y a través de las 650 páginas de Hyperion desfilan William Shakespeare con Romeo, Julieta y La Tempestad, Christopher Marlowe y Fausto, Dante y su Inferno, Beowulf, Grendel y Hrothgar, Nathaniel Hawthorne, T. S. Eliot y La Tierra Baldía, William Butler Yeats y su evocador lenguaje poético, Mary W. Shelley y Frankenstein, Lawrence Durrell y su Cuarteto de Alejandría además de innumerables alusiones a clásicas obras de ciencia ficción: Dune de Frank Herbert, La Tierra Moribunda de Jack Vance, Mundo Anillo de Larry Niven, Nova de Samuel R. Delany, el Mundo Fluvial de Philip José Farmer, la tecnología desquiciada de William Gibson y su Neuromante, las visiones apocalípticas de J. G. Ballard y un largo etcétera. Incluso El Mago de Oz se filtra entre sus páginas hacia el final de la novela cuando, tras narrar sus historias, los peregrinos llegan al valle donde se encuentran las Tumbas del Tiempo y se adentran en él para enfrentar al Alcaudón e intentar descubrir el misterio que decidirá sus destinos y el rumbo que tomará la guerra entre La Hegemonía/Tecnonúcleo y los Éxters.

Después de 29 años desde la fecha de su publicación, la próxima serie de televisión a cargo del canal Sci-fi es el pretexto perfecto para redescubrir Los Cantos de Hyperion. Quizás se transforme en el siguiente fenómeno televisivo después de Juego de Tronos ya que no carece de calidad, profundidad y dimensión épica e inclusive puede poseer estas características en mayor grado que la saga de George R. R Martin. Pero incluso si la serie de televisión no fuera un éxito tal, los cuatro libros que Simmons ha escrito en el universo de Hyperion siguen siendo uno de los mejores trabajos que la ciencia ficción nos ha brindado. Como todo clásico, volver a ellos es redescubrimiento y asombro a la vez.

Isaac Civilo B.

Hyperion (Los Cantos de Hyperion I)
Dan Simmons
Ediciones B
2016
776 páginas

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