Reseña: Luna: Luna de Lobos de Ian McDonald
Luna: Luna de Lobos

Tras el macizo logro del primer
volumen, el escritor escocés enfrenta el desafío que siempre conlleva el
segundo volumen. La detallada caracterización de sus personajes y de la civilización
lunar, la profunda erudición de sus conceptos, el ritmo galopante y una
conclusión cataclísmica son sólo algunas de las características con las que
McDonald lidia en retrospectiva en Luna:
Luna de Lobos. Su comienzo no da respiro: es una coda del desenlace del
volumen anterior donde la familia Corta veía su imperio reducido a cenizas.
Antes de 30 páginas, la victoria de la familia McKenzie ha sido truncada por un
golpe mortal al corazón de su dinastía. Los poderes que se habían mantenido en
las sombras y las familias menores que McDonald había esbozado en Luna Nueva atacan con la velocidad de un
rayo, destruyendo el nuevo orden antes que se gestara, dando el primer paso en
una lucha de poderes incluso más descarnada de lo que se proyectaba.
Sin embargo, tras la velocidad
de dicho comienzo, el autor se decanta por la caracterización de aquellos
personajes secundarios que ahora pasan a ser los pilares de la narración,
además de las intrigas políticas constantes. El lector se adentra en las
familias Sun, Asamoah y Vorontsov, sus engranajes, alianzas y lealtades, la
forma en que poco a poco van tomando protagonismo y cómo su maquinaria comienza
a operar con más rapidez cuando las oportunidades de expandir su influencia se
presentan. De la misma forma, parte sustancial de la novela gira en torno a los
sobrevivientes de la familia Corta: Lucas y su largo proceso de recuperación,
su viaje a la Tierra y sus planes para recuperar su imperio; Ariel, abogada
lunar, paralizada desde la cadera hacia abajo después del ataque a su familia;
Wagner, el caminante lunar que trabaja para una compañía de exploración; Robson
y Lucasinho, presas de los cambios de la pubertad en una sociedad saturada de
sexo, dinero, estímulos varios y vicio rampante. McDonald recupera varios de
los tropos del primer volumen y su caracterización es tan interesante y
detallada como siempre.
Los sobrevivientes de la familia
McKenzie, en paralelo, comienzan una sangrienta lucha interna a fin de
garantizar la sobrevivencia de su imperio. Sus enemigos, sin embargo, son mucho
más numerosos de lo que esperaban y surgen de las posiciones más confiables. Y
por sobre todas estas líneas narrativas, los poderes fácticos comienzan a
configurar nuevas alianzas tanto en la Tierra como en la Luna. El mismísimo
gobierno lunar tambalea, golpe de estado incluido, víctima de numerosas
conspiraciones.
La segunda parte de Luna: Luna de Lobos acelera el ritmo a
medida que McDonald comienza a atar los hilos narrativos con su estilo rápido y
punzante, de frases cortas y descripciones precisas. Hay separaciones, muertes,
pérdidas y también planes que, a medida que se desarrollan, proyectan las
sombras de la amenaza terrestre y sus intereses sobre la independencia lunar en
un intrincado tira y afloja que parece gestar un nuevo sistema económico,
político y social en el satélite. Mucho de esto solamente puede ser vislumbrado
en sus páginas y McDonald guarda gran parte de su arsenal respecto de la futura
estructura lunar para el volumen final, aunque lo que deja entrever es más que
suficiente para una conclusión de grandes proporciones.
Luna: Luna de Lobos es
la siempre difícil segunda novela que debe estar a la par de la primera parte y
además resolver sus conflictos y preparar el terreno para el desenlace en la
tercera novela. El ritmo algo irregular quizás pueda descolocar al lector por
momentos, y ciertamente no se siente como una obra de tanto impacto como Luna: Luna Nueva. Sin embargo, está
lejos de ser un esfuerzo sin méritos. McDonald esboza a sus personajes con
maestría, teje una estructura compleja y la resuelve con visos de virtuosismo –
en ello hay muy pocos escritores que se le comparen -, continúa creando un mundo
con gran nivel de detalle y de paso siembra las semillas de la venganza, la
guerra y el cambio que germinarán en el tercer volumen. Es una segunda novela
que necesita tiempo para ser apreciada, pero que constituye una transición
sólida para una saga que promete quedar en la mente de sus seguidores.
Isaac Civilo B.
Luna: Luna de Lobos (Luna 2)
Ian McDonald
Nova
2017
400 páginas
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