Reseña: Aceptación de Jeff Vandermeer


Aceptación

Después de tomarse dos novelas y cientos de páginas para establecer la atemporalidad ya conocida del Área X y el mundo circundante, el escritor y antólogo estadounidense Jeff Vandermeer presenta el final de su trilogía. Y lo hace con un enfoque sustancialmente diferente a las dos primeras entregas. Aniquilación fue una apertura atmosférica cuyo propósito era plantear preguntas a diestra y siniestra, y cuya fuerza emanaba de las sombrías descripciones del autor respecto de esta zona pletórica de una vida extraña. Autoridad, por otro lado, fue un segundo volumen introspectivo, centrado en la agencia Southern Reach, sus protagonistas y la forma en que lidiaban con los juegos de poder político al interior del edificio y la amenazante Área X en el exterior. Ambos eran relatos desde un único punto de vista, lo que los convertía, a su propia manera, en narraciones claustrofóbicas por momentos, con un dejo de extrañeza que se asomaba a los miedos primordiales en pleno siglo XXI.

Aceptación no recurre a un narrador sino a cuatro. Un cambio estructural que logra finalizar la trilogía en una nota alta, quizás superior a las dos primeras entregas. A diferencia del ritmo parsimonioso de Aniquilación y Autoridad, esta tercera parte se desarrolla con mucha más fluidez y desde sus primeras páginas va proyectando algunas de las respuestas que los lectores han estado esperando. Hay tres arcos narrativos que toman lugar en tiempos diferentes, pero que Vandermeer entrelaza sin problemas a los largo de las más de 400 páginas de la novela.

El primer relato, años antes de Aniquilación, gira en torno a Saul Evans, farero de la zona que posteriormente se transformará en el Área X. Hijo de un pastor, Evans es uno de los personajes más interesantes de la trilogía, básicamente debido al aire existencialista que destila el área en el que vive, en su mayoría compuesta por personas que buscan escapar de problemas y deudas o que simplemente intentan asentarse en una costa lejana al ruido del mundo moderno. El faro de Evans es uno de los pilares de la trilogía y el autor norteamericano nos brinda una memorable descripción del proceso de transformación del área. Saul y una pequeña curiosa llamada Gloria forman un contrapunto perfecto entre el hombre experimentado, huraño, y la joven llena de ansias de conocimiento del mundo que la rodea, en una relación casi paternal y de las más emotivas de la trilogía.

El segundo arco es el único que continúa exactamente donde Autoridad terminó. Éste detalla el viaje de Pájaro Fantasma – el doppelganger de la bióloga de la primera novela – y John Rodríguez, Control, protagonista del segundo volumen. El tono de éste es el que más asemeja al comienzo de la trilogía y donde encontramos algunas de las revelaciones más impactantes de la misma. El destino de la bióloga, la naturaleza del Área X, los misteriosos pasajes escritos en tejido orgánico en las paredes del faro son algunos de los mejores momentos de la obra, en los que Vandermeer demuestra cuán dúctil es su prosa entregándonos atmósferas ominosas, seres fantásticos y, sobre todo, explotando al máximo las posibilidades de lo que ha bautizado como The New Weird.

El tercer relato corresponde a Grace, la antigua directora de la agencia Southern Reach, esbozada en Autoridad, y que también toma lugar antes de la duodécima expedición al comienzo de Aniquilación. Capítulo tras capítulo vamos conociendo más de los planes que ella tenía para dicha expedición, de un viaje no registrado a la zona en cuarentena, la implicación de la agencia y de Central en la configuración del Área X. Es notable el cambio de enfoque respecto de los primeros volúmenes ya que Grace se alza no solamente como uno de los personajes mejor caracterizados de la trilogía sino como uno de los más importantes, a medida que la bióloga va desapareciendo del relato, y que conecta directamente con Saul Evans y la aparición del Área X.


El escritor entrelaza estos tres hilos narrativos con un ritmo muy bien graduado y si a eso le agregamos las variadas técnicas literarias a las que recurre Vandermeer, las muy sólidas caracterizaciones psicológicas además de una potente prosa, descriptiva por naturaleza, pero nunca tediosa, este tercer volumen es un buen cierre a una trilogía con algunos altibajos, pero que confirma a su autor como uno de los puntales de la ficción más extraña que se esté escribiendo hoy en día. Aun así, no todas las interrogantes que el antólogo y escritor estadounidense planteó a lo largo de los tres volúmenes han sido respondidas. Intencionalmente, ha dejado algunos cabos sueltos, quizás para una potencial continuación, quizás para mantener el manto de misterio que envuelve al Área X.

Si esta extraña zona es un asentamiento alienígena o el escenario de un conflicto existencialista entre el hombre y la naturaleza, Vandermeer no lo revela con claridad. Cualquiera sea el caso, ninguna de las dos ideas es nueva, y en la ciencia ficción, ambas ya se han explorado a través de ejemplos más brillantes. Quizás sea ese el cuestionamiento mayor a esta trilogía. El autor se decanta constantemente por un registro más cercano al suspenso, incluso al terror, en lugar de profundizar en los aspectos más existenciales de su obra. Su prosa, poética y evocadora, es suficiente para elevar este trabajo a un lugar importante dentro de la literatura de anticipación actual, pero carece de la suficiente hondura en sus dilemas éticos para llegar al nivel de un clásico.

Isaac Civilo B.

Autoridad (Trilogía Southern Reach 3)
Jeff Vandermeer
Destino
2014
432 páginas

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