Reseña Cine: Glass


Glass

Es difícil concebir la conexión entre dos películas unidas, en teoría, por la aparición de uno de sus protagonistas durante algunos segundos. Sin embargo, M. Night Shyamalan tomó ese riesgo al final de Fragmentado con la aparición de David Dunn, el delgadísimo hilo que la conectaba con El Protegido, cinta donde el mismo Dunn, héroe inquebrantable en un sentido literal, se debatía contra el genio malévolo de Elijah Price, también llamado Mr. Glass, el archienemigo quebradizo dada su enfermedad y la fragilidad de sus huesos. No hubo más conexiones que esa.

Por lo tanto, la pregunta es: ¿Qué otros vínculos existen entre ambas cintas y, por añadidura, con esta tercera? Shyamalan pone un excesivo esfuerzo en conectarlas durante gran parte de esa última película. A veces con sutileza, otras no tanto. Recupera a algunos personajes de las películas anteriores a fin de recalcar los lazos existentes y proveer de humanidad a sus protagonistas. De esta manera, el hijo de David Dunn, la madre de Elijah Price y la joven Casey, perdonada por la bestia, una de las personalidades de Kevin Wendell Crumb, al final de Fragmentado, vuelven a escena. El mismo director regresa también en uno de sus muchos cameos como aquel hombre registrado por David Dunn en un estadio hace 18 años. Los flashbacks están diseminados a través de todo el relato, fragmentos dispersos, a veces desechados en los trabajos anteriores, vuelven y se conectan.

Hay mucha energía y tiempo invertido en esto, en el afán de probar que existen ideas que conectan todas las partes. Quizás la mayor de ellas, es la doctora Ellie Staple, la psiquiatra y directora del Raven Hill Memorial, la institución donde los tres protagonistas están encerrados, sujetos a diferentes procesos con el fin de convencerlos de que no son excepcionales y que sus poderes surgen de algún suceso traumático en sus pasados, en sus padres, en algún golpe del destino, en algún accidente. Infructuosos son los esfuerzos de la psiquiatra ya que hay una mente que juega muy por delante de la suya.

Lo que más sufre, por ende, es el guión. Recargado, excesivo por momentos, éste parece recalcar cada detalle, cada giro que pueda justificar una trilogía que se fue armando sobre la marcha. Las costuras que sostienen el entramado de la cinta amenazan con rasgarse en más de una ocasión, a lo que el director responde remachándolas aún más con giros inesperados en un recurso que se siente más desesperado y repetitivo que sorpresivo al punto que el mismo desenlace se percibe falto de ejecución.


Se agradece que Shyamalan opte por una estética lejana a las cintas de Marvel y DC comics que nos saturan unas cuantas veces al año.  En la propuesta del director indio, hay algo más de exploración, algo más de existencialismo y personajes más interesantes, pero en esta tercera parte se quedan algo cortos para alcanzar el potencial que habían mostrado en El Protegido y Fragmentado. No es una mala cinta, de hecho está muy por sobre del resto de las películas de superhéroes, su propuesta es más original, pero tampoco es el cierre satisfactorio que sus predecesoras adelantaban y acaba por debajo de la solidez que éstas demostraron.

Isaac Civilo B.

Glass
M. Night Shyamalan
Estados Unidos
2019
129 mins.

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