Reseña: Cuentos Completos de Edgar Allan Poe
Edgar Allan Poe: Cuentos Completos

Las virtudes de esta edición son
muchas. La primera que es digna de mención es el haber mantenido la traducción
de Julio Cortázar en la totalidad de los cuentos. Sin desmerecer el excelente
trabajo de otros traductores, la tarea que tomó al escritor argentino un par de
años se convertido en la traducción canónica de la obra del autor de Baltimore.
Así como la traducción de los trabajos de Poe hecha por Charles Baudelaire es
considerada uno de los grandes momentos de la literatura francesa, la
traducción del autor de Rayuela
merece también ser considerada como una de las cumbres más altas de la
literatura en español. Sí, Cortázar era un traductor de excelencia, pero además
conocía profundamente la obra de Poe, sentía un amor indesmentible por ella,
complementado por la habilidad del argentino al mantener en nuestro idioma la
orfebrería, las equivalencias lingüísticas y el estilo de los textos
originales.
Esta edición además cuenta con un
prefacio de Fernando Iwasaki y Jorge Volpi – responsables del volumen –,
prefacios de Carlos Fuentes y Mario Vargas Llosa, y, por si esto fuera poco, un
ensayo del mismo Cortázar titulado Vida
de Edgar Allan Poe, donde repasa la existencia del autor de El Cuervo, sus fuentes, sus principios,
el infortunio que lo persiguió durante gran parte de su vida y la forma en que
transformó sus experiencias en los fantasmas y pesadillas que pueblan sus
páginas. Cortázar también realiza una defensa notable de la literatura
fantástica donde él mismo junto a algunos de sus compatriotas como Borges, Bioy
Casares o Liliana Bodoc han entregado obras del más alto nivel literario. Cada
historia cuenta con presentaciones de diversos autores de habla hispana.
Algunos más interesantes que otros, éstas demuestran cómo la influencia de Poe ha
atravesado siglos y lenguas.
Otra de las características de la
traducción de Cortázar, también respetado en esta edición, es el orden de los
cuentos. Agrupados según temáticas, ésta permite reconocer todos los aspectos
de la obra del escritor norteamericano. Si bien, Poe es reconocido
universalmente por un par de docenas de cuentos oscuros, que cambiaron el rumbo
de la literatura moderna, la organización de esta antología permite apreciar
otros trabajos, menores y bastante menos conocidos, pero que revelan cómo el
autor se interesaba por una amplia gama de temáticas. Una de las más notables
es su veta científica a través de cuentos como Revelación Mesmérica, El
Poder de las Palabras y La
Conversación de Eiros y Charmión y la forma en que se adelantó ochenta
años, con escasa documentación pero con penetrante intuición, a la teoría del
Big Bang. Si bien disponía y estaba informado sobre los trabajos de Kepler y
Newton, pudo vislumbrar, en una demostración visionaria de imaginación, lo que
la ciencia formal alcanzaría casi un siglo después.
No es sorpresa tampoco que Poe haya
creado unos cuantos géneros literarios que llegarían a consolidarse casi cien
años después de su muerte. Por ejemplo, inventó la ciencia ficción
apocalíptica, e incluso el subgénero de muertos vivientes a través de La Verdad sobre el Caso del Señor Valdemar,
y quizás hasta la ciencia ficción a secas con La Incomparable Aventura de un tal Hans Pfall y su viaje a la luna
– treinta años antes que Julio Verne – y otros relatos mucho más cercanos que
las novelas de Mary Shelley a lo que dicho género alcanzaría en el siglo XX. De
la misma forma, crearía el género policial con relatos tan canónicos como Los Asesinatos de la Calle Rue Morgue o
su continuación, El Misterio de Marie
Roget. Dupin se convertiría en el primer detective de la historia y desde
entonces virtualmente todos quienes le siguieron tomarían al menos alguna
característica de sus narraciones. Muchos escritores quedarían en deuda durante
las décadas siguientes con el autor de Baltimore: Julio Verne y H. G. Wells y
los primeros pasos de una ciencia ficción más formal, Mark Twain y Ambrose
Bierce en el humor negro y la sátira, Oscar Wilde y la burla de la obsesión
estadounidense por la tecnología. Lo anterior sin nombrar su muy extensa obra
ensayística sobre literatura y poesía.
A lo largo de sus casi mil páginas,
también se exploran algunos aspectos autobiográficos algo más desconocidos. Conversación con una Momia revela a un
Poe más jovial, lejano a la oscuridad que se atribuye a cada rincón de su vida,
usando un humor delicioso con el que parece burlarse de aquella fama de
escritor atormentado. También hay cuentos donde sus ideas giran en torno a las
posibilidades del desarrollo tecnológico con una positividad sorprendente –
aunque siempre dejando espacio al humor negro – y a la diatriba política y los
afilados dardos que lanza contra la democracia y su modelo. Una vez más, su
imaginación y su penetrante inteligencia se adelantaron siglos a la crisis de
la democracia actual en el mundo.
De la misma manera, es necesario
recalcar que no todo es fantasía u horror en sus creaciones. También hay un
puñado de historias que demuestran el gran amor del escritor por los paisajes
agrestes y los jardines que disfrutaba en sus viajes y durante sus largas
caminatas a través de los campos estadounidenses. No son pocas las historias
donde su estilo descriptivo gira desde las catacumbas y lo pesadillesco hacia
la armonía y la luminosidad de los cielos abiertos, la majestuosidad de las
montañas y los lagos, y la belleza de los árboles y la fauna. Estos son, sin
duda, trabajos menos conocidos cuando se los compara con aquellos relatos más
clásicos, pero de ninguna manera son trabajos menores y revelan un aspecto de
su personalidad y de su obra que ha tendido a ser ensombrecido por una labor
editorial algo parcial a través de las décadas.
Su interés en el ensayo y en el
análisis de diferentes disciplinas artísticas también se filtra en muchos de
sus relatos cortos. Muchas son las páginas donde Poe acomoda sus concepciones
sobre su filosofía del arte en general y más específicamente sobre la
naturaleza de la belleza en la música, la poesía, la pintura y los mismos
jardines. Por momentos la narrativa da paso a la teoría sobre lo que el arte
debería ser, sobre sus requerimientos y metas. El cuento a menudo se vuelve uno
con el ensayo y los resultados son de una profundidad y una belleza admirable,
como el hermoso La Isla del Hada. La
antología acaba con una sucesión de cuentos donde el Poe más gracioso sale a
flote, como para desmitificar aún más la figura de autor maldito y dejar en la
memoria de sus lectores un recuerdo más ecuánime sobre su vida. El mejor de
todos estos relatos satíricos: Autobiografía
Literaria de Thingum Bob, Esq., un relato desopilante que demuestra cuán
fácil era para el norteamericano moverse entre diferentes registros sin perder
un ápice de agudeza y genialidad.

Isaac Civilo B.
Edgar Allan
Poe: Cuentos Completos – Edición Comentada
Edgar Allan
Poe
Páginas de
Espuma
964 páginas
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