Reseña: La Compañía Negra de Glen Cook


La Compañía Negra – La Primera Crónica

Décadas antes que Juego de Tronos se tomara la pantalla chica y se transformara en fenómeno mundial, la fantasía épica ya había comenzado a dar sus primeros pasos hacia territorios oscuros y brutales, tierras lejanas a todos esos imitadores de Tolkien quienes se limitaban a repetir la fórmula de aquella mente superior. Ya en los años sesenta, Michael Moorcock con su serie sobre Elric de Melniboné daba los primeros pasos hacia una fantasía retorcida, ambigua y lúgubre.  En la década siguiente, Stephen Donaldson y sus Crónicas de Thomas Covenant el Escéptico profundizaban en dicho cambio, y ya en los ochenta Glen Cook consolidaba este fenómeno con su serie La Compañía Negra.

Recientemente, y gracias a la alta demanda por este tipo de historias producto del éxito de la serie de HBO, diferentes canales y servicios de streaming han comenzado a producir series propias, rescatando obras clásicas de fantasía y ciencia ficción. Su consecuencia: la publicación de estas mismas obras en nuevas ediciones e incluso traducciones. Sin duda, y más allá de la calidad de las series que inspiran – no siempre de lo mejor –, recuperar trabajos que hace décadas no veían la luz en español es el mejor efecto del fenómeno televisivo imperante. La más reciente de estas series es la notable La Compañía Negra que llega a las librerías gracias a la editorial Montena en vistas a la serie de televisión próxima. Los dos primeros volúmenes de la trilogía inicial ya han sido publicados y el tercero llegará en septiembre.

Referente indiscutible de la más violenta fantasía épica, la serie original se compone de diez novelas que narran diferentes crónicas de la compañía. Escritas entre los años 1984 y 2000, la saga ha sido recientemente expandida por el autor a través de un nuevo volumen y se espera la aparición de la novela que cerrará definitivamente el arco de la historia. La primera novela abre con la Compañía Negra en medio de sus labores de pacificación en una guerra civil. No hay largas introducciones ni presentaciones. Cook nos introduce de lleno en el conflicto. Desde el comienzo, el autor demuestra una capacidad imaginativa sin parangón en la fantasía, e inmediatamente demuestra también su descreimiento ante los tropos más convencionales del mismo género, su prosa corrosiva que hace décadas abrió nuevos caminos para los escritores interesados en explorar una estética diferente.


La compañía, de cuatro siglos de antigüedad, está compuesta por mercenarios de élite y un puñado de brujos que se las han arreglado para ser contratados durante diferentes misiones y obtener su sustento. En las primeras páginas, sus integrantes recorren pueblos cubiertos de cadáveres y animales carroñeros, se desenvuelven en la guerra civil en curso, enfrentan a una criatura sobrenatural, sangrienta, de astucia sobrehumana y más allá de cualquier posibilidad de ser vencida. Y cuando las cosas salen torcidas, sellan un dudoso trato con un emisario del Norte, El Cazador de Almas, una suerte de semidiós, perteneciente a una antigua orden de guerreros enterrados, bajo las órdenes de la misteriosa Dama. La Compañía Negra es alistada, sin saberlo, para un antiguo imperio, el más malvado del que se tenga memoria. Sólo entonces es cuando las dimensiones de la narrativa de Cook comienzan a ser vislumbradas. Todo lo anterior ocurre en meras cincuenta páginas y es una demostración de musculatura narrativa algo inusual en la fantasía. La precisión y la economía de la prosa de Cook tienen pocos rivales.

Lo que sigue es el largo relato de Matasanos, el médico de la Compañía. Encargado de su salud y de la redacción de sus Anales, Matasanos las oficia de narrador de su periplo y a través de sus ojos el lector puede adentrarse en los recovecos del mundo creado por el escritor norteamericano. Mucho hay aquí de la experiencia de Glen Cook en la Guerra de Vietnam, sus vivencias y el profundo conocimiento del día a día de un ejército, las temperaturas que debe soportar, el hambre, el cansancio, las tensiones, la fatiga y el hastío. Quizás más que ninguna otra saga fantástica escrita, ésta es la serie que pone a la fantasía a la altura del hombre común y corriente, sin aspavientos, sin grandeza, sólo la aspereza del paso de las horas.

La Compañía Negra llega al norte. Hay crueles semidioses, Tomados, bajo el mando de La Dama. Uno de estos los apadrina. No hay palacios, príncipes, princesas ni reyes. La acción se desarrolla en pueblos arrasados, en el descampado, en el barro y el humo, y entre pilas de muertos. Campaña tras campaña, sus integrantes ganan en caracterización, aunque ésta sea sombría, dejando entrever el lado más humano de personajes que se han unido a la compañía para escapar de los errores de su pasado y de situaciones que no desean confesar. Ésta es querida y respetada por sus integrantes. Es el escape que tanto ansían como también una oportunidad de un nuevo comienzo. No hay cinismo por parte de sus miembros respecto de la naturaleza de sus vidas y sus misiones. Tampoco hay cuestionamientos. La vida se debe a la Compañía, sin importar la crueldad a la que deban recurrir.

A medida que la historia avanza, Glen Cook es capaz de construir un mundo de gran profundidad. Tanto en las batallas como en la camaradería de los mercenarios, el autor prodiga detalles con una prosa rápida, concisa, que no hace sino aumentar el sentido de maravilla del lector sin perder la dinámica de la narrativa. Hay intrigas y vueltas de tuerca por doquier, traiciones y secretos. Los Tomados comienzan a revelarse poco a poco y por sobre ellos La Dama comienza a tomar forma en las mentes de los mercenarios y del lector. La mitología creada por Glen Cook comienza a vislumbrarse. En la mejor tradición griega, estos semidioses se ven envueltos en los incesantes giros de la historia. No todos son lo que parecen. No siempre revelan sus intereses y nunca pierden su ambigüedad. Y por sobre todo ello, hay una tragedia antigua e inmensa que regresa desde la penumbra de un pasado casi olvidado.


Las campañas que son el centro de la última parte de la novela nos son descritas con un estilo más realista del que solemos encontrar en la fantasía. No hay un narrador omnisciente que grafica los movimientos de los ejércitos y sus estrategias. A través de Matasanos, Cook introduce al lector en la batalla misma. Nunca vemos más de lo que el narrador ve, nunca sabemos más que él o escuchamos algo diferente. Lo que cuenta aquí es el realismo que imprimen las vivencias y las reacciones del soldado, su confusión y su sorpresa. Y sin embargo, el autor nunca pierde de vista lo esencial: los personajes, a los miembros de la Compañía Negra y aquel extraño código de honor al que se aferran y que les permite sobrevivir a infinitas jornadas de sangre y muerte, de dolor y pérdida, como lo es la batalla que cierra este volumen y sus emotivas, aunque contenidas últimas escenas.

Donde George R. R. Martin, Steven Erikson, Brandon Sanderson, Joe Abercrombie y tantos otros escritores necesitan de millares de páginas para plasmar sus historias, Glen Cook lo logra en menos de 400. Su concisión y el realismo de su pluma hace décadas se han ganado un lugar de privilegio en lo más alto de la fantasía épica. La Compañía Negra y sus crónicas han sido una influencia demasiado grande a estas alturas para un sinnúmero de autores, y es, con creces, la serie de fantasía más realista jamás escrita, característica que también comparten otras de sus sagas fantásticas y de ciencia ficción militar. El regreso de Glen Cook al universo de la Compañía Negra y el rescate de sus novelas en nuevas ediciones es motivo de regocijo suficiente para los seguidores del género. Y para los lectores más jóvenes y los amantes de las series de televisión de dicha temática, el descubrimiento de su obra es más que necesario.

Isaac Civilo B.

La Compañía Negra
Glen Cook
Montena
384 páginas

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