Reseña: Marea Tóxica de Chen Qiufan
Marea Tóxica

Publicada originalmente en chino el
año 2013, esta novela es la primera en ser traducida al inglés y al español, y
el segundo aperitivo en nuestro idioma tras uno de sus cuentos cortos publicado
en la antología Planetas Invisibles,
traducida y editada por Ken Liu. A diferencia de muchas de las obras de sus
compatriotas, este primer trabajo es más cercano a occidente, al menos en
forma. Se desarrolla en un mundo futuro, distópico, que se emparenta con muchas
obras occidentales, pero también con algunas marcadas diferencias.
La historia toma lugar en una era
posterior a 2020, en la costa sur de China, la imaginaria Isla de Silicio. Éste
es el principal vertedero de deshechos tecnológicos (E-waste) del mundo. Día a día se vierten en ella miles de toneladas
de teléfonos móviles, portátiles, robots y miembros biónicos. Y día tras día
miles de personas escarban entre las montañas de basura tecnológica en busca de
partes valiosas o elementos reutilizables que puedan volver a la cadena de
consumo en una nueva forma. Una de las protagonistas, Mimi, es una chica que
fue atraída a esta isla bajo las mismas promesas que sedujeron a miles de otros
migrantes: un trabajo estable y seguridad social. Por supuesto, estas promesas
son castillos en el aire y todos ellos se convierten en semi esclavos de los
tres clanes que controlan el comercio y la exportación de productos desde la
isla de vuelta a los consumidores. Estos clanes han controlado el destino de
los habitantes de la isla durante generaciones y fuerzan a sus trabajadores a
vivir en un ambiente que definitivamente ha cambiado su química interna debido
a la suciedad y a los humos tóxicos con los que deben convivir hora tras hora.

Qiufan posee una innegable atención
al detalle. Durante el primer tercio de la novela construye un submundo
plausible en cada uno de sus rincones, fuertemente estratificado, donde, a
pesar de la pobreza y el desamparo, la bioingeniería hace mucho ha dado sus
primeros pasos. La trama, que involucra aspectos económicos, sociales y
políticos, se siente peligrosamente verosímil. Cada recoveco de las calles de
la Isla Silicio, sus hogares, las montañas de basura, los objetos sepultados en
ellas y su sistema son descritos de manera exhaustiva. Qiufan logra lo que
muchos escritores desean, pero pocos alcanzan: el lector no puede abstraerse de
un mundo tan virtuosamente construido.
La caracterización es otro de sus
puntos fuertes. La dura infancia de Mimi, los conflictos existenciales de
Kaizong y la tragedia familiar que se oculta en el pasado de Brandle dotan a la
historia de sus necesarios momentos de reflexión, recalcando que más allá de
los márgenes de ganancia, del consumo rampante y la violencia de las bandas, el
relato trata de personajes quebrados quienes, a pesar de pertenecer a
diferentes clases sociales, se debaten confundidos y furiosos contra un vacío
existencial que amenaza con engullirlos tan pronto como bajen su guardia. Las
historias de sus protagonistas poseen una densidad emocional y una complejidad
moral que inmediatamente desmarca la novela de la gran mayoría de relatos
distópicos que ahogan los cines y las librerías, imitaciones faltas de riesgo
intelectual.

Sin embargo, incluso en el desenlace
Chen Qiufan nos evita, por fortuna, un final edulcorado. La madurez de su
propuesta se mantiene en pie y, a pesar de que la tragedia es evitada en líneas
generales, sus protagonistas no escapan del todo a los miedos que los han
acechado por más de 300 páginas. En esto hay también una dureza que no es fácil
encontrar en obras distópicas más juveniles, pero que se condice perfectamente
con la tenacidad de su análisis del futuro próximo. En varias líneas, Marea Tóxica conecta con aquella otra
notable obra distópica con la que el escritor Paolo Bacigalupi se hiciera de
los premios Hugo, Nebula, John W. Campbell y Locus hace algunos años, La Chica Mecánica. Ambas destacan en su
cuidado tratamiento de los problemas medioambientales, de los conflictos de
intereses en las más altas esferas, del colapso de sociedades que parecen
tambalearse al borde del abismo y en su capacidad especulativa para proyectar
las más duras consecuencias de estos procesos. Marea Tóxica es al mismo tiempo un tecno-thriller, una fábula
cautelar, un relato existencialista y una proyección ecológica. Sin duda, es
una de las mejores novelas de ciencia ficción del año y confirma la alta
calidad de las propuestas provenientes de Oriente.
Isaac Civilo B.
Marea
Tóxica
Chen
Qiufan
Nova
2019
418
páginas
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