Reseña: La Sangre de los Elfos (The Witcher 3) de Andrzej Sapkowski
La Sangre de los Elfos

En ese contexto, Sapkowski es
vigorizante, original. Da la impresión que tuviese un pie en la tradición más
clásica centroeuropea y otro en las ricas tradiciones del Este de Europa. La
serie es una suerte de actualización de los mitos que todo seguidor de la mejor
fantasía conoce a través de un antihéroe bastante desenfadado y descreído, una
estructura de diversas líneas argumentales, compleja, y una prosa llena de
matices, por momentos conmovedora, por momentos de una dureza extrema, algo
sucia, y en algunos casos de un humor vibrante.
La historia comienza justamente donde
La Espada del Destino había
finalizado con su último relato corto. Cirilla, también llamada Ciri, princesa
del Cintra, ya se encuentra junto a Geralt de Rivia quien la ha rescatado de
las consecuencias de la guerra contra el imperio de Nilfgaard y se dirigen a
Kaer Morhen, fortaleza de los brujos. Hay un vínculo muy profundo entre el
Brujo y la pequeña, y de la misma manera se generan vínculos duraderos entre
las dos hechiceras que asumen la educación de Ciri: Triss Merigold en Kaer
Morhen, y Yennefer en el santuario de Melitele, una vez han dejado la fortaleza
de los brujos atrás. A su vez, ambas hechiceras se han relacionado con Geralt
de Rivia en el pasado de formas bastantes retorcidas, pero que dejan entrever
el profundo respeto y el cariño que los une, respeto que solamente puede ser
superado por la fogosa pasión que amenaza con explotar como una corriente
subterránea impactando una y otra vez contra una pared de roca.
Y es que, más allá de los elementos
fantásticos o históricos a los que Sapkowski ha echado mano, el núcleo de sus
relatos es profundamente humano. El autor posee esa rara capacidad de plasmar
emociones intensas en largos diálogos vibrantes, en escenas de gran aliento,
durante páginas, pero que jamás llegan a ser monótonas. Por el contrario, en
dichos diálogos se respira el drama y las emociones que poco a poco develarán
los conflictos que sus protagonistas han arrastrado hace años, matizados con
una luminosa hilaridad, un humor negro y una ironía que es un contrapunto
perfecto a la seriedad de los grandes temas de esta época.
Ciri posee poderes mágicos que se
desarrollan de manera natural y, según la profecía, está llamada a tener un
papel central en el rumbo de los acontecimientos y en la defensa ante el mal
que amenaza al mundo. En torno a la chica y a Geralt de Rivia se cierne un
creciente torbellino de sucesos. El imperio de Nilfgaard ha atacado el
hemisferio sur del continente y no cesará en su afán expansionista, la raza de
los Elfos – bastante más oscura y conflictiva de lo que solemos pensar –
intenta recuperar terrenos que les fueron arrebatados con el advenimiento de
los hombres, los reyes de los cuatro reinos principales complotan una unión a
fin de eliminar a los Elfos y al mismo tiempo de detener el avance del imperio
invasor, el concilio de hechiceros atisba un gran conflicto futuro y planea
detenerlo a través de sus consejeros en las cortes reales. En fin, el
continente se muestra como un gran tablero de ajedrez donde las piezas han
comenzado a moverse en diferentes direcciones. Las alianzas se suceden, pero
esconden más aristas de las que es posible apreciar a primeras.
Y por sobre todo lo anterior, Sapkowski
poco a poco esboza la gran mitología de su mundo tan inspirada en la tradición
centroeuropea como en el folclore y las tradiciones eslavas. Hay criaturas
mitológicas por doquier, leyendas y cuentos infantiles que han resistido el
paso de los siglos, diferentes razas que luchan por sobrevivir, órdenes y
concilios antiguos, y reinos que intentan perpetuarse a través de las
centurias. Si bien la información que el autor entrega capítulo tras capítulo
es bastante dosificada, lentamente ante los ojos del lector aparece un mundo
donde cada detalle ha sido concebido con extremo cuidado.
La estructura de la novela es
clásica, siete largos capítulos donde quizás la historia no avance tanto como
la impaciencia lo desea, pero que sí cumple a cabalidad la tarea de organizar
las piezas del rompecabezas y preparar el escenario para los eventos de los
volúmenes siguientes. Aún más, su cometido es incluso más acabado a la hora de
dibujar a sus protagonistas y esbozar los conflictos que los acompañarán
durante el resto de la saga. Es un comienzo muy auspicioso y que adelanta una
obra de grandes dimensiones, épica y compleja en cada uno de sus niveles.
Isaac Civilo B.
La
Sangre de los Elfos (Saga de Geralt de Rivia 3)
Andrzej
Sapkowski
Alamut
254
páginas
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