Reseña Cine: 1917
1917

Desde entonces poca actividad había
visto hasta que volviera al mundo del celuloide con 1917, la cinta bélica que sorpresivamente se llevó el Globo de Oro
y que se ve convertida en una seria aspirante a ganar el Oscar. La película se
basa en la novela que su abuelo Alfred H. Mendes publicara el 2002 sobre sus
experiencias en la Primera Guerra Mundial. En este caso, tal material es
llevado a la simpleza extrema: 1.600 soldados británicos están a punto de caer
en una emboscada preparada por las fuerzas alemanas. La aviación británica ha
detectado esta trampa, da aviso y el general Erinmore (Colin Firth) ordena a
dos cabos, Schofield (George MacKay) y Blake (Dean-Charles Chapman), atravesar
las líneas enemigas y dar aviso a dicho regimiento. El detalle importante es
que entre esos soldados se encuentra el hermano del cabo Blake. Esto dota al
relato de cierta cuota de existencialismo y drama que de otra manera
difícilmente tendría.
El viaje es bastante tortuoso. Las
tropas alemanas se han retirado, pero no sin antes dejar algunas sorpresas en
el camino. Hay cadáveres, desolación, ratas y abandono por doquier. Durante
este periplo, es notoria la mano del director de fotografía Roger Deakins, uno
de los más cotizados en Hollywood, nominado a los Oscar una veintena de veces y
ganador por Blade Runner 2049. Con un
hombre así en el equipo, es seguro que el espectador encontrará algunos
momentos notables. Sin embargo, el principal aliciente para ver 1917 es la intención de Mendes de filmar
este viaje en una toma. Intención, pues es evidente que esta única toma no es
tal. Muchos de los cortes están disimulados digitalmente o incluso con trucos
algo antiguos como los que desarrollara Alfred Hitchcock. En ese aspecto, el
supuesto prodigio de la película se revela artificioso, como una suerte de
piezas diversas que han sido unidas a través de herramientas ajenas a las
usadas en un plano continuo.
Por supuesto, hay mucho ingenio en la
manera en que Mendes, Deakins y su equipo disponen del decorado, pero no es
mayor a otros ejemplos más recientes que han hecho un uso más depurado del
plano único como Birdman (2014) de
Alejandro Gomez Iñárritu aunque en ella también hay algo de artificioso. En el
cine, el plano continuo mantiene la unidad del espacio, y también la unidad
temporal. En este aspecto, la obra maestra es El Arca Rusa (2002) de Aleksandr Sokurov. La genialidad del
director ruso no solamente fue filmar dicha cinta durante 96 minutos
ininterrumpidos manteniendo la unidad espacial y temporal sino además
incorporar siglos de historia dentro de tal duración. La cámara que se mueve a
través del museo Hermitage por más de
hora y media es tan real como las diferentes épocas que se van integrando con
el correr de los minutos. En 1917
esto no sucede. Las horas pasan e incluso también lo hace una noche completa,
de forma que el tiempo y su compresión no permiten en realidad que sea posible
una toma continua. El acto de virtuosismo que intenta ser el pilar de la
película es inexistente.
Esto, no obstante, no tumba la cinta.
Hay diversos aspectos en que 1917
logra una solidez que pocas superproducciones logran, e incluso puede ser vista
como una síntesis de la carrera de Mendes como director donde se mezclan
texturas más íntimas y minimalistas como las que desarrollara en sus primeras
películas en conjunción con una estética de alto presupuesto de sus proyectos
más recientes. Quizás sea eso lo que le valió el Globo de Oro a pesar de que
competía con cintas muy superiores. O quizás sea el hecho de que es una de las
pocas cintas producidas en Hollywood que todavía puede respirar cine en una
temporada dominada por Netflix. Joker
puede ser considerada muy violenta para los tiempos que corren, Tarantino
destaca más en sus guiones que en su dirección y muchas de sus últimas cintas
se mueven muy por debajo que lo mejor de su producción, Parásitos llega como sorpresa pero un Oscar es impensable para una
película de no habla inglesa, e Historia
de un Matrimonio y El Irlandés –
lejos la mejor – fueron producidas por la compañía de streaming, por lo que es casi casi imposible que Hollywood las
premie. Entre éstas, 1917 encaja como
la más neutral dentro de un modelo que rápidamente va perdiendo validez.
Isaac Civilo B.
1917
Sam
Mendes
2019
119
mins.
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