Reseña: Gods and Robots de Adrienne Mayor
Gods and
Robots
Myths,
Machines and Ancient Dreams of Technology

El libro abre con una serie de
análisis sobre mitos antiguos, particularmente griegos – principal fuente para
Mayor – entre ellos Talos, Medea, Jason y los Argonautas. Desde el comienzo la
académica demuestra gran flexibilidad y sensibilidad a la hora de conectar diferentes
versiones de estas narraciones con cintas como 2001: A Space Odyssey, Blade
Runner, Blade Runner 2049 y
algunos de los principios establecidos por Arthur C. Clarke, específicamente
cómo la tecnología de aquel entonces no se diferenciaba mucho de la magia.
Tanto los mitos y las cintas de ciencia ficción comparten sus temas: la creación
de la conciencia en entidades no humanas, el cruce entre humano y máquina, los
recuerdos y cuán válidos son como símbolo de una conciencia activa, el
rejuvenecimiento y la inmortalidad a través de la tecnología. Estos son temas
recurrentes no sólo en los mitos griegos, sino también en los romanos y
orientales.
En contraste con estas visiones de la
infinidad, Mayor hace hincapié en algunas reflexiones de Marco Aurelio y
Alejandro Magno, de un aire mucho más humanista y que, con el correr de los
siglos, no han perdido un ápice de vigencia. Al contrario, más de dos mil años después,
muchos de sus planteamientos son los mismos que usan aquellos que miran con
sospechas los proyectos transhumanistas. En dichas reflexiones, la inmortalidad
es inalcanzable para los mortales, pero se puede acceder a ella a través de una
vida corta, pero honorable y valiente. Las criaturas inmortales carecen de los
vínculos y la empatía humana debido a su naturaleza, y las vulnerabilidades
insospechadas siempre son el talón de Aquiles que pone en riesgo su
sobrevivencia, revelando la supuesta inmortalidad, tan frágil como la humana.
En la misma línea, la autora repasa
algunas de las consecuencias de intentar prolongar la vida a través del mito
del dictador Sísifo quien atrapó a Tánatos, la Muerte, deteniendo con ello el
peligro de fallecer para los mortales y borrando rituales, sacrificios a los
dioses y la guerra. Sísifo fue castigado y enviado al infierno de donde logró
escapar para morir de causas naturales. Sin embargo, no volvió al Hades sino
que, por la eternidad, continúa su ardua labor. Hoy los transhumanistas confían
en la medicina, las dietas y la tecnología para fusionar cuerpos humanos y mecánicos
o subir sus cerebros a la Nube. Sin embargo, la inmortalidad borra el
significado de los recuerdos y produce la obsolescencia de los sentimientos. Esto
es representado en la figura del vampiro y muchos otros mitos clásicos y
posteriores.
La mitología griega probablemente fue
la primera donde se plasmaron los deseos de mejorar las habilidades corporales
e intelectuales a través de mejoras tecnológicas. En Antígona, Sófocles se refería a todas aquellas maravillosas características
que separan a los hombres de los animales (navegar los mares, arar la tierra,
crear arte, hacer la guerra), pero hoy en día existe preocupación por algunas
de las modificaciones genéticas que se llevan a cabo o las mejoras que
científicos militares desean implantar en soldados como intervenciones
neurotecnológicas y drogas que les permitan no sentir dolor, cansancio, sueño,
ignorar conceptos morales sobre tortura y matanza e incluso olvidar recuerdos
sobre la violencia y las atrocidades de los tiempos de guerra. En el poema La Argonautica, Jasón y Medea se
enfrentan a un ejército de tales características. Estos dos son solamente un
par de ejemplos a los que se pueden sumar el laberinto del Minotauro creado por
Dédalo donde la esposa del rey Minos de Creta escondió a su hijo mitad humano,
mitad toro, retoño de sus relaciones sexuales con un toro, y la siguiente encarcelación
del mismo Dédalo y su hijo Ícaro quienes, para escapar, crearon las alas que
llevarían a este último a la muerte tras volar muy cerca del sol.
Dédalo y el Dios Hefesto
fueron famosos por la Invención de estatuas móviles. Éstas eran comúnmente comparadas
con autómatas y la opinión común era que debían ser mantenidas como esclavos. Éste
es uno de los actuales cuestionamientos sobre inteligencias artificiales. Muchos
filósofos de la tecnología insisten en que las AI y los robots deben ser sólo herramientas,
propiedad y esclavos, idea que en muchas obras cinematográficas es representada
por replicantes, cyborgs, robots y diferentes tipos de artefactos considerados inteligencias
artificiales. Muy acertados son los paralelos entre el mito de Prometeo y su creación
de los seres humanos y los medios divinos (ahora tecnológicos) para hacerlo, y el
mito de Pigmalión y Galatea y la transformación de esta última en una mujer real
que la autora conecta con la hija de la replicante Rachel en Blade Runner 2049: el nacimiento biológico
de un ser más humano que los humanos. Además, Mayor agrega otra interpretación
– mucho menos romántica – sobre Galatea. Ésta podría ser el primer robot en la historia
creado con fines sexuales, teoría que es respaldada por otros autómatas sexualizados
en la cultura griega, romana e incluso en el Budismo.
Prometeo, en muchos relatos,
se asemeja a un escultor en la forma en que crea a los seres humanos. Agua, fuego,
tierra y barro son algunos de los elementos con los que trabaja desde el
interior del cuerpo – el esqueleto – hacia el exterior – órganos y carne –.
Esto se asemeja a la forma en que trabaja un escultor o incluso científicos que
han creado autómatas. El mito de Prometeo, el robo del fuego sagrado y la
creación de los hombres al igual que el mito de Pandora pasan a través de una
revisión por parte de la autora donde los conceptos gnósticos, el libre
albedrío y la identidad - cuestionamientos considerados por Platón - son
conectados con los medios divinos/tecnológicos de Prometeo e incluso Hefesto
para vincular estas preguntas esenciales con otros mitos como los Daoístas,
Budistas e Hindúes donde también los seres humanos son representados como
robots o autómatas de una entidad o entidades superiores. Son los mismos
cuestionamientos que siglos después aparecerían en El Alma de las Marionetas del filósofo John N. Gray, la trilogía
fantástica Materia Oscura de Philip Pullman,
y las cintas Blade Runner y Blade Runner 2049.


Prometeo, Jasón, Medea, Los Argonautas,
Dédalo, Hefesto, Talos y Pandora hace siglos levantaban los mismos
cuestionamientos éticos y morales que se presentan en cada uno de nuestros debates
e ideas sobre el desarrollo de la inteligencia artificial, la automatización y
sus límites. Son esenciales para entender los avances de la biotecnología y la vida
sintética de nuestros días. Al final, el objetivo de la autora es establecer la
relación entre los mitos de antaño y la vida e inteligencia artificial junto a
sus prácticas morales, la forma en que las historias de hace milenios pueden
arrojar luz sobre el desarrollo de éstas, a menudo algo descarriadas y carentes
de visión. El conflicto entre la miríada de tecnoposibilidades y
tecnopesadillas, por un lado, y los grandiosos sueños futuristas, por otro, no
es propiedad de nuestra época. Ha estado ahí por siglos. Es cierto que la
comparación entre humanos y computadoras es incorrecto. El cerebro humano
supera por mucho a un ordenador en capacidad y adaptabilidad como Nicholas Carr
y otros autores han demostrado en libros como Superficiales: Cómo la Internet está Afectando Nuestras Mentes o Automatizados, pero el miedo de Stephen
Hawking puede estar justificado – la IA puede significar el final de la raza
humana –. Quizás haya nuevos mitos e historias, pero éstas seguramente remitirán
en más de algún sentido a las respuestas que han estado frente a nuestros ojos
por siglos.
Isaac Civilo
B.
Gods and Robots: Myths, Machines and Ancient Dreams of Technology
Adrienne
Mayor
Princeton
University Press
304
páginas
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