Valdemar Publica Salammbô de Gustave Flaubert

El nombre de Gustave Flaubert hace mucho ya tiene su sitial asegurado en el panteón de los más grandes escritores de la historia. Obras inmortales como Madame Bovary y La Educación sentimental son suficientes para reconocer su nombre entre los más influyentes que se puedan recordar. Sin embargo, éstas no fueron las únicas obras del autor francés.

Flaubert, al igual que muchos de sus contemporáneos, tenía un gusto muy refinado por lo fantástico e incluso por las narraciones más sombrías. La Tentación de San Antonio, de 1874, es una novela que ejemplifica esto y amplía el ya impresionante registro de su prosa. Después del éxito que gozó Madame Bovary, el escritor decidió dejar de lado el realismo durante un período para zambullirse en los recuerdos de un viaje de dos años que había hecho a Oriente. De esta experiencia surgió Salammbô, trabajo que se adentra en la novela histórica con matices fantásticos lejanos al moderno Oriente que ya se estaba proyectando. 

El relato se desarrolla durante las Guerras Púnicas donde Flaubert revive a una civilización completa, que había perecido, siendo olvidada por la historia, pero que ahora regresa en medio del lirismo, el misticismo y las crueldades de la guerra.

Esta edición de Valdemar se enmarca dentro de su colección Clásicos, siendo la número 18 y aumentando su catálogo donde ya figuran nombres como Henry James, Joseph Conrad, Charles Dickens, Marcel Proust, Herman Melville, Franz Kafka y Robert Louis Stevenson, entre otros.


"Tras el éxito de Madame Bovary, Flaubert, harto del mundo moderno y realista que retrata su novela, reaviva el poso que le había dejado en la imaginación un viaje de dos años a Oriente, y concibe el proyecto de Salammbô, una novela ambientada en las guerras púnicas que logró uno de los mayores éxitos literarios de la época. Con la llegada del Romanticismo, la narrativa francesa mostró un gran interés por la novela histórica, dando lugar a estampas tópicas e irreales de la Antigüedad. Flaubert se propone revivir el Oriente «pero sin turbantes, pipas ni odaliscas». «Siento la necesidad de escribir grandes cosas suntuosas», confesó entonces, «batallas, asedios, descripciones del viejo Oriente fabuloso, lejos del mundo moderno del que estoy hasta las narices». Flaubert, obseso de la información, se documenta en profundidad y sitúa su novela en unos acontecimientos apenas conocidos de un remoto periodo histórico: tras la rendición de la oligarquía cartaginesa, Roma se había convertido en vencedora de la primera guerra púnica (264-241 a. C.); los romanos impusieron a los vencidos cesiones territoriales y una cuantiosa suma que dejó vacías las arcas públicas cartaginesas, impidiéndoles pagar a los mercenarios que les habían apoyado. Su revuelta se prolongó durante dos años y dio lugar a terribles carnicerías por ambas partes. Flaubert insufla vida a una civilización muerta y casi desconocida, y crea una epopeya en la que se mezclan el misticismo de las religiones antiguas, el lirismo de la protagonista, hija de Amílcar Barca y guardiana del velo sagrado, y las crueldades de la guerra."

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