
En 1997, Guillermo del Toro filmó una de sus primeras cintas,
Mimic, proyecto con el que planteaba la destrucción de la humanidad a manos (o mejor dicho, patas) de los insectos. La doctora Susan Tyler creó una especie de insecto genéticamente modificado para matar cucarachas, pero al mismo tiempo estos contenían una virus que les permitía unirse en un organismo mayor para imitar la forma de los humanos, capturarlos y alimentarse de su sangre.
Era una interesante propuesta que rozaba lo que ya había explorado David Cronenberg, aunque sin su genio y profundidad. Por ende, es extraño que un director como Paul Thomas Anderson haya elegido dicha cinta para un remake en formato televisivo. El guionista Jim Danger Gray ha dejado entrever que intentará llevar la adaptación a un terreno que se relacione con la actual pandemia mundial en lo que podría ser un interesante giro del planteamiento de la película del director mexicano.

Si bien Paul Thomas Anderson es reconocido como uno de los más interesantes directores norteamericanos de las últimas décadas, muchos miran con algo de recelo este proyecto. La trayectoria de su filmografía a través de las décadas se ha desplazado firmemente de películas como
Magnolia hacia terrenos mucho más sombríos con obras notables como
The Master,
There Will Be Blood,
Inherent Vice y la más reciente y estupenda
The Phantom Thread. Aun así, la elegancia de éstas y su estilo fílmico contenido poca relación guardan con
Mimic y su visión apocalíptica con matices
gore. No se han anunciado más detalles por lo que solamente resta esperar y ver la forma en que Anderson se mueve en un terreno que hasta el momento no ha explorado.
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