Reseña: La Huida del Cazador de George R. R. Martin, Gardner Dozois y Daniel Abraham

 


La Huida del Cazador

Para los amantes de la literatura de cualquier género, quizás la ventaja más grande que ha propiciado el éxito de las series televisivas es el impulso que las editoriales han aprovechado para rescatar el catálogo de una serie de escritores que ya parecía olvidado. Este fenómeno, por un momento solamente visible en editoriales especializadas, se hizo patente también en aquellas que dominan el mercado. Random House fue uno de los primeros gigantes que dio tal paso a través de sellos como Nova, Montena, Fantascy o Plaza & Janés.

A través de este último el catálogo casi completo de George R. R. Martin se encuentra disponible en español, y en él, La Huida del Cazador, una de las novelas más desconocidas del autor, hasta ahora inédita en nuestro idioma. Este trabajo fue originalmente publicado en el año 2007. Fue escrito a seis manos entre Martin, el escritor y editor Gardner Dozois – quien tiene el record de premios Hugo como mejor editor con 15 galardones – y el entonces joven escritor Daniel Abraham quien hoy en día es, junto a Ty Franck, uno de los creadores de la exitosa serie The Expanse bajo el pseudónimo de James S. A. Corey.

La Huida del Cazador es un muy bien trabajado compendio de las mejores características de Martin: una construcción de mundo llena de matices y sorpresas, una planeta donde confluyen una serie de razas alienígenas junto a los humanos, la colonización espacial en pleno apogeo, la mezcla de estilos que incluyen la aventura, la crónica, la ciencia ficción, la fantasía y una pizca de cyberpunk. Y especialmente, sus personajes. Lejos de Martin se encuentran el seco minimalismo y las irónicas tretas postmodernas. El autor es, en esencia, un narrador romántico. La lucha existencial guiada por el conflicto emocional en medio de tierras extrañas, flora y fauna desconocidas, y paisajes exóticos. Todos estos ingredientes se encuentran aquí. 



El planeta Sao Paulo es una colonia espacial que debe bastante a las visiones de William Gibson y a Blade Runner. No obstante, más allá de sus barrios bajos, el planeta es inhóspito. La vegetación frondosa y los peligros que en ella se esconden son el escenario a donde el explorador Ramón Espejo escapa de un incidente nocturno y de su loca novia. Su idea es eludir a la policía, encontrar algo de paz y regresar al pueblo con minerales preciosos para su venta. Lo que Espejo no anticipa es el contacto con una raza alienígena escondida en una de sus montañas. Desde ese momento, los autores pisan el acelerador a fondo, capítulo tras capítulo explorando lo que podría ser un primer contacto cuya tensión y humor son equilibrados exquisitamente.

Sin embargo, más allá de este primer contacto, el conflicto del explorador es consigo mismo. Es autodestructivo y violento. Tiene más de alguna dificultad para consolidar sus vínculos sociales y las pocas amistades que tiene se mueven en un marco de ilegalidad. La selva como testigo de tal conflicto ya ha sido explorada en la literatura y ahí La Huida del Cazador, salvando las diferencias, se inscribe en la rica tradición que establecieron tan ilustres nombres como Joseph Conrad, Rudyard Kipling o Jack London, entre otros, pero en clave ciencia ficción. La naturaleza agresiva de Espejo encuentra un fiel reflejo en la amoralidad de la selva misma donde se siente más vivo que entre sus semejantes y donde, poco a poco, comienza a reinventarse respecto de un nuevo código moral.

Además del conflicto existencial, La Huida del Cazador presenta una veta lingüística que Martin ya ha explorado en otras de sus obras como Muerte de la Luz. Los matices del lenguaje siempre han interesado al autor de Juego de Tronos y aquí los explota en la brecha que se abre entre los alienígenas – quienes poseen un lenguaje exento de ambigüedades – y Ramón – cuyo lenguaje humano rebosa de inexactitudes y depende del contexto para generar significado –. Esto también se filtra en sus relaciones humanas creando un interesante contraste que desemboca en un nuevo entendimiento que Ramón Espejo lleva consigo en su regreso a la civilización.



Éste es el eje sobre el cual gira la narración. Y no deja de ser una sombría lección, por momentos amarga, sobre nuestra ambigua naturaleza: la incapacidad de establecer lazos duraderos con aquellos que nos son más cercanos, y la insospechada posibilidad de transparencia y honestidad con aquellos que nos son más extraños. Lo que no es extraño, sin embargo, es este juego profundamente humano que el autor explora en todas sus obras, los entresijos de nuestra conciencia, y cómo la misma persona puede convertirse en un ser grotesco en ciertos momentos, y en uno conmovedor en otros. Incluso a veces, grotesco y conmovedor al mismo tiempo. Martin, Dozois y Abraham aquí han logrado perfilar a otro de esos complejos personajes que ya tiene un lugar asegurado en la colorida galería del autor de Canción de Hielo y Fuego. 

 

Isaac Civilo B.


La Huida del Cazador

George R. R. Martin, Gardner Dozois, Daniel Abraham

Plaza & Janés

336 páginas

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