Reseña TV: Los Asesinatos de Valhalla


Los Asesinatos de Valhalla

Esta coproducción norteamericana-islandesa por fortuna llega a estas latitudes en un debut simultáneo con el resto del mundo. Netflix, en su afán por expandir su catálogo y ante la evidente baja en la calidad de sus series producidas en casa, últimamente parece inclinarse por algunos proyectos provenientes de países de habla no inglesa. The Valhalla MurdersLos Asesinatos de Valhalla – es una de las primeras propuestas de Islandia y que se desarrolla en la línea de la novela negra, área en la que el servicio de streaming ha gozado de éxito reciente gracias a las dos temporadas de Mindhunter. Al parecer, con otras series nórdicas similares ya anunciadas, Netflix buscará explotar esta vena y de paso llenar el vacío que la retrasada tercera temporada de la serie producida por David Fincher ha dejado anticipadamente en su parrilla.

Los Asesinatos de Valhalla calza perfectamente en el molde la novela negra más clásica. Una serie de asesinatos toma lugar en la capital islandesa de Reikiavik. Estos son perpetrados contra adultos mayores y remecen la tranquilidad de uno de los países más pacíficos del mundo. Ésta no es la Islandia de una belleza natural abrumadora. Por el contrario, es esa tierra vasta, desolada, geológica en su dureza y cuya frialdad se cierne sobre sus habitantes con bajísimas temperaturas. Sin embargo, son sus interiores los que poco a poco se revelan como espacios más glaciales y severos que el exterior. Más allá de sus ocasionales planos amplios, es una serie de interiores: la acción se desarrolla en casas, departamentos y oficinas. Sus colores son gélidos, su estética glacial, anticipando la crueldad que vendrá.


La detective Kata (Nína Dögg Filippusdóttir) está a cargo de la investigación, pero la falta de recursos y personal especializado del departamento de policía obligan a traer de vuelta al detective Arnar (Björn Thors) como apoyo desde Copenhagen. Ambos se ajustan al perfil más clásico de los investigadores, lo que no es raro considerando que los países nórdicos actualmente lideran las publicaciones de este tipo de literatura tanto en calidad como en cantidad. Kata carga con un reciente divorcio al hombro, una madre algo dominante y con la usurpación de su merecido ascenso en el departamento de policía por razones políticas. No obstante, es la relación con su hijo adolescente la que la mantiene al borde del precipicio. Éste es introvertido, malgasta su tiempo en juegos en línea y parece estar involucrado en un acto de violación de otra adolescente. Arnar, por otro lado, esconde secretos más oscuros. Es hosco y deja entrever un pasado familiar tormentoso. Su padre está al borde de la muerte en un asilo, su juventud estuvo llena de adicciones y su hermana está atrapada en un matrimonio asfixiante.


Ambos detectives deben lidiar con sus conflictos a la par de una investigación cuya dimensión crece episodio tras episodio. Como en la buena novela negra, la primera pista es simplemente la llave que abre las compuertas de una ola de asesinatos que se proyectan hasta las más altas esferas del poder. Ahí está un antiguo internado de niños, sus cuidadores, oficinas gubernamentales, pagos y encubrimientos. Y por supuesto, también existen incesantes giros narrativos que no hacen salvo aumentar la sensación de vértigo e incredulidad a medida que más asesinatos salen a la luz en otros pueblos y la historia comienza a abarcar generaciones completas de respetables ciudadanos. Todo esto conecta directamente con los conflictos pasados y presentes de sus protagonistas, forzándolos a tornar la mirada hacia su interior al igual que al exterior.


En sus aspectos formales, Los Asesinatos de Valhalla cumple con todas las exigencias estructurales del relato detectivesco. Sin embargo, si sólo se mantuviera dentro de esos márgenes, sería un relato funcional, que no escaparía al común denominador del género. En éste, siempre se requiere aquella zambullida hacia la oscuridad más abyecta. Y los creadores de la serie deciden hacerlo sin concesiones. El abuso infantil es el pilar alrededor del que la historia y sus personajes giran en un vórtice de dolor que parece succionar a todos los involucrados.


En esto hay algo del clásico relato gótico, aquellas historias que se desenvolvían con la lógica de la caja que se abre para revelar una caja más pequeña que a su vez revela otra más pequeña y así ad infinitum. Cada caja contenedora de una versión más penosa del mismo tormento, de la misma tragedia. Víctimas, victimarios o testigos, virtualmente cada personaje presenta una relación conflictiva con niños, a veces derechamente abusiva, a veces tristemente impotente. Ésta traspasa cualquier tipo de barrera social y generacional. Sus consecuencias parecen llenar cada rincón del relato: adultos que han escondido su angustia durante décadas y que difícilmente pueden mantener su entereza, asesinatos que se resuelven tras treinta años, familias quebradas, madres adictas, abusos inimaginables. Probablemente en estas aciagas profundidades se presente lo mejor de un relato que no rehuye sus planteamientos.


Hacia el final la serie pierde algo de aquella textura existencialista en favor de una resolución más convencional, pero poco opaca el buen cometido durante gran parte de su metraje. De igual forma, al ser una coproducción europea, la pesada corrección política de los proyectos estadounidenses de Netflix no goza de tal preponderancia, resumiéndose en pocas escenas que parecen incrustadas de manera forzosa en su desarrollo, pero cuya escasez se agradece. Lo que prima acá son los personajes y la historia por sobre el discurso. Hay un par de cabos sueltos que intencionalmente han quedado ahí, listos para ser retomados en caso que una segunda temporada sea confirmada. No sería una mala idea, especialmente tras un año donde las series de los servicios de streaming decayeron notoriamente. Quizás la estrategia de Netflix y su búsqueda de propuestas en otras latitudes le ayuden a recuperar territorio. Al menos por ahora, Los Asesinatos de Valhalla cumple sin mayores problemas y puede ser una puerta de entrada para proyectos similares.

Isaac Civilo B.

The Valhalla Murders
Netflix
380 Mins.

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