Reseña TV: The Third Day
The Third Day
Hace algunos años el revival del buen cine de terror comenzó
a gestarse en la pantalla grande, y a esta altura es posible hablar de un
fenómeno que ya se ha consolidado a través de una seguidilla de cintas
provenientes, en general, de productoras más independientes y que han sido
galardonadas en diversos festivales e incluso han penetrado en el espectro más
comercial de Hollywood. Era cosa de tiempo antes que dicho fenómeno también
tomara forma en la pantalla chica. En años recientes varias han sido las
propuestas en el cable y en el streaming
que han intentado capitalizar, con mayor o menor éxito, esta tendencia.
A su vez, uno de los más interesantes
subgéneros del terror, el llamado folk horror,
también ha comenzado a abrirse paso tanto en cine como en televisión. Las audiencias
más jóvenes han entrado en contacto con esta vertiente a través de las algo
sobrevaloradas Hereditary (2018) y Midsommar (2019) de Ari Aster, y de las
mucho más potentes The Witch (2015) y
The Lighthouse (2019) de Robert
Eggers, todas de la productora A24. No obstante, es posible rastrear las raíces
del folk horror hasta los albores
mismos del cine en la sombría Häxan
(1922) de Benjamin Christensen pasando por obras tan notables como Dies Irae (1943) de Carl Theodor Dreyer,
The White Reindeer (1952) de Erik
Blomberg, The Night of the Hunter
(1955) de Charles Laughton, Witchfinder
General (1968) de Michael Reeves, The
Blood on Satan's Claw (1971) de Piers Haggard o The Wicker Man (1973) de Robin Hardy, por nombrar algunas.
HBO ha producido algunas series de
terror durante los últimos años, pero su intento por entrar de lleno al campo
del folk horror es The Third Day, miniserie de seis
episodios creada por Dennis Kelly, el hombre tras la exitosa Utopia, tanto la inglesa como su remake
estadounidense. Protagonizada por Jude Law y un sólido elenco secundario, ésta
se divide en tres partes: los primeros tres episodios, titulados Summer, y los tres últimos titulados Winter, unidos por una suerte de
experimento, un evento de 12 horas, llamado Autumn,
trasmitido en vivo hace algunos días desde la isla donde se desarrolla el
relato.
Sam (Jude Law) acude cada año a un lugar en el bosque para depositar algunas ropas infantiles en un riachuelo cercano. Aquí se esconde una tragedia inmensa que de inmediato es eclipsada por el intento de suicidio, en medio del bosque, de una adolescente a quien Sam es capaz de salvar. La chica llamada Epona (Jessie Ross) vive en la isla de Osea, una pequeña comunidad unida a tierra a través de un camino serpenteante que cada ciertas horas se ve sumergido por el mar, aislándola completamente.
Cuando Sam llega a la isla para encontrar a los padres de la adolescente, la extrañeza del pueblo se cierne sobre él. Es la celebración religiosa de la comunidad donde el Cristianismo se ha mezclado con varios elementos del folclore celta, y sus habitantes deambulan vestidos en trajes de monstruos y entidades mitológicas. Hay una singular pareja dueña de un hostal (Paddy Considine, Emily Watson) que parece tener demasiada influencia en los asuntos de la isla y una extranjera llamada Jess (Katherine Waterston) que cada cierto tiempo regresa al lugar para estudiar sus raíces religiosas e históricas.
Sam necesita salir cuanto antes de la isla para atender su empresa donde ha habido un robo millonario, pero diversos eventos se lo impiden. El pulso narrativo está bastante bien dosificado a lo largo de los dos primeros episodios donde la tensión del relato y especialmente la extrañeza de la isla y sus habitantes comienzan a difuminar la línea que divide la realidad con el horror que extiende sus garras alrededor de Sam. Los creadores de la miniserie se sirven de cada uno de los tópicos clásicos del subgénero. La ruralidad de la isla es el perfecto trasfondo para que las fuerzas amenazantes de la naturaleza filtren cada instante de la estadía de sus protagonistas en la isla. Es un espacio que parece existir entre mundos, entre la realidad de las grandes ciudades y el gran aquello desconocido que se extiende más allá de sus fronteras.
Los oscuros árboles, los altos pastizales, los páramos barrosos, las playas desiertas y las antiguas construcciones abandonadas enmarcan aquella soledad en la que siempre nos sentimos observados, a pesar de que nadie se encuentre cerca. La cámara a menudo opta por el encuadre amplio, con un sentido de inmensidad donde sus personajes se ven perdidos en contraste con un mar infinito o cielos inabarcables; pero cuando opta por el encuadre medio o cerrado, distorsiona sus bordes a través de los lentes de gran angular, otorgando un sentido de surrealismo y desconcierto a aquellas caminatas oníricas de sus protagonistas por los bosques de la isla. Los colores mismos tienden a cambiar dentro de los encuadres como si presencias ultraterrenas observaran el devenir de los habitantes de Osea.
Y es que en el folk horror siempre existe una entidad mucho más antigua, inhumana y más grande que nuestras ciudades y nuestra realidad frente a las pantallas que nos consumen. Quizás nuestras ciudades caigan en el futuro, pero dicha entidad todavía estará ahí, acechante. En The Third Day, ésta aún está oculta, pero sus raíces vuelven a través de los siglos a lo más sombrío del folclore celta donde Osea es el corazón del mundo, del que éste depende. Hay tragedias familiares por doquier, pero todas son absorbidas en aquella familia mucho más extensa, la comunidad, donde existe una misión que no puede ser olvidada y que solamente parece poder ser completada a través de otro de los tópicos más recurrentes del folk horror, aquel viaje iniciático que se proyecta desde la civilización de vuelta hacia las viejas formas y los viejos caminos.
Si bien aún restan episodios, The Third Day es, hasta ahora, una de
las propuestas más serias e interesantes del terror en la pantalla chica, y por
fortuna, al menos en estos cuatro primeros episodios no contaminada por la
corrección política – otro tipo de horror – que parece inescapable cuando nos
sentamos ante cualquier pantalla, sin importar su tamaño, hoy en día. Sin duda,
como toda historia de folk horror, no
es para todo público, pero hasta el momento la cuidada artesanía inherente a su
propuesta es innegable.
Isaac Civilo
B.
The Third Day
HBO
1080 mins.
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