Reseña: La Compañía Negra: La Rosa Blanca de Glen Cook


La Compañía Negra - La Rosa Blanca

Hace casi cuarenta años, la fantasía ya perfilaba su veta más oscura y violenta a través de las obras de Stephen Donaldson y Glen Cook, veta que en las décadas siguientes florecería en las sagas de Andrzej Sapkowski, George R. R. Martin y Steven Erikson, entre otros, y que recién en este decenio se masificaría gracias a Juego de Tronos. Muy influido por sus vivencias en la Guerra de Vietnam, Glen Cook fue uno de los pioneros de este subgénero y su influencia nunca ha sido correctamente dimensionada. Por ende, el rescate de su saga principal – La Compañía Negra gracias al sello Montena – más que un acierto era una necesidad para las generaciones más jóvenes de lectores asiduos a tales prodigios de la imaginación.

Ya las dos primeras novelas de Los Libros del NorteLa Primera Crónica y la excelente Sombras Fluctuantes – establecían claramente los elementos de su universo: soldados rasos como protagonistas, atmósferas sombrías, una prosa compacta y cortante, diálogos ágiles, ambientes opresivos y una dureza algo inusitada en el género incluso hoy en día. La Rosa Blanca, tercera parte de esta trilogía inicial (ocho volúmenes más han sido publicados posteriormente), cierra el primer arco argumental de las aventuras de estos toscos guerreros, narradas a través de las crónicas escritas por Matasanos, médico de la compañía.

Casi 20 años después de Sombras Fluctuantes, la compañía se encuentra estática en la Llanura del Miedo acompañando a la joven que todos consideran la reencarnación de La Rosa Blanca, poderosa entidad que en un pasado remoto fue capaz de derrotar a La Dama y a su esposo y ahora enemigo, El Dominador, aún atrapado bajo tierra, quien lucha por regresar al mundo y someter a sus habitantes a su imperio. La Compañía Negra es protegida en la llanura por un Vacío, una suerte de campo de energía que mantiene a los secuaces de La Dama a distancia mientras Matasanos escarba en sus documentos a fin de encontrar el secreto que les permitirá derrotarla tras la traición al final de la novela anterior. Misteriosos mensajeros llegan a la llanura con más documentos que narran una extraña historia que se remonta siglos y que puede revelar qué sucedió con la lucha de poder de las deidades en ese entonces en un notable ejercicio que equilibra los aspectos más mundanos de la guerra con mitologías arcaicas.


Al igual que en la novela anterior, Glen Cook se sirve de diferentes narradores para desarrollar la historia, esta vez en tres líneas cronológicas – presente, pasado reciente, pasado remoto – que acaban confluyendo hacia el final de la novela. Además de los sucesos presentes en la Llanura del Miedo, hace pocos años un hosco soldado veterano de campañas anteriores que se encuentra en Enebro, locación donde se desarrollaba la segunda novela, investigando los misteriosos túmulos que supusieron un gran peligro para el continente. Y hace siglos, estuvo Bomanz, un mago bajo disfraz mundano que en un sitio de excavación busca desentrañar la trama que supuso la derrota de La Dama y El Dominador.

Los diferentes narradores y las distintas líneas temporales son uno de los grandes aciertos de la novela no solamente por la riqueza de registros que provee sino porque poco a poco Cook revela los elementos históricos y mitológicos del universo que ha creado. En lugar de haber quemado todas sus naves y revelar dichos elementos durante las primeras novelas, simplemente los esbozó para poder moldearlos en el presente volumen con mayor profundidad una vez sus personajes y el mundo ya han sido establecidos.


También su imaginería en La Rosa Blanca desborda lo entregado en los dos primeros trabajos. Además de los Tomados – seres mágicos y crueles al servicio de La Dama – y las horribles criaturas que buscan preparar el camino para el regreso de El Dominador, el autor puebla la Llanura del Miedo con menhires parlantes, árboles errantes, túmulos, mantas voladoras orgánicas, inmensas ballenas del viento, tormentas del cambio que mutan los cuerpos de quienes se internan en ellas y un antiquísimo dios en la forma de un árbol igualmente anciano.

No obstante estos elementos fantásticos, el realismo que Glen Cook otorga al relato se traduce no solamente en los soldados rasos de la compañía  sino en taberneros, familias y conflictos que podrían ser extraídos de cualquier novela ajena a la fantasía por su mundanidad, no lejanos a la nostalgia de la vejez, a la añoranza de la juventud, al cariño por un hijo que ha debido emprender un largo viaje o a la pérdida de las facultades poseídas en la madurez de la vida, arrebatadas por el tiempo y el paso de los años. Incluso en las escenas épicas, las batallas poseen el realismo y la dureza de alguien quien ha experimentado la guerra en primera persona y que es dueño de un profundo conocimiento táctico de los movimientos bélicos además de la fricción del campo de batalla enfocada desde el punto de vista de soldados que se mueven entre el fuego, los escombros, el barro y el peligro.

Todo lo anterior cristaliza en una excelente caracterización donde cada personaje adquiere matices profundamente humanos. Nadie escapa a la corrosiva influencia del conflicto armado, pero casi todos tienen la posibilidad de mostrar algún rasgo o de llevar a cabo alguna acción que pueda redimirlos, salvándolos de la barbarie. Es una constante en las novelas de Glen Cook, y en especial en un mundo tan oscuro y violento como el de La Compañía Negra. Gracias a esta ambigüedad y complejidad no solamente ha alcanzado un lugar esencial en el género sino que su influencia aún puede sentirse después de décadas. Siete más son las novelas que el escritor publicó en este universo antes de recuperar la serie con la publicación de Port of Shadows en inglés hace un par de años y la próxima A Pitiless Rain presentada como la conclusión de la saga. Es de esperar que Montena se decida a continuar la publicación de los volúmenes restantes acompañada por un mejor trabajo de marketing ya que Glen Cook merece llegar a una audiencia tanto o más amplia que sus contemporáneos.


Isaac Civilo B.

La Rosa Blanca: La Compañía Negra 3
Glen Cook
Montena
480 páginas

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