Reseña: La Compañía Negra: La Rosa Blanca de Glen Cook
La Compañía Negra - La Rosa Blanca

Ya las dos primeras novelas de Los Libros del Norte – La Primera Crónica y la excelente Sombras Fluctuantes – establecían
claramente los elementos de su universo: soldados rasos como protagonistas,
atmósferas sombrías, una prosa compacta y cortante, diálogos ágiles, ambientes
opresivos y una dureza algo inusitada en el género incluso hoy en día. La Rosa Blanca, tercera parte de esta
trilogía inicial (ocho volúmenes más han sido publicados posteriormente),
cierra el primer arco argumental de las aventuras de estos toscos guerreros,
narradas a través de las crónicas escritas por Matasanos, médico de la
compañía.
Casi 20 años después de Sombras Fluctuantes, la compañía se
encuentra estática en la Llanura del Miedo acompañando a la joven que todos
consideran la reencarnación de La Rosa Blanca, poderosa entidad que en un
pasado remoto fue capaz de derrotar a La Dama y a su esposo y ahora enemigo, El
Dominador, aún atrapado bajo tierra, quien lucha por regresar al mundo y
someter a sus habitantes a su imperio. La Compañía Negra es protegida en la
llanura por un Vacío, una suerte de campo de energía que mantiene a los
secuaces de La Dama a distancia mientras Matasanos escarba en sus documentos a
fin de encontrar el secreto que les permitirá derrotarla tras la traición al final
de la novela anterior. Misteriosos mensajeros llegan a la llanura con más
documentos que narran una extraña historia que se remonta siglos y que puede
revelar qué sucedió con la lucha de poder de las deidades en ese entonces en un
notable ejercicio que equilibra los aspectos más mundanos de la guerra con
mitologías arcaicas.
Al igual que en la novela anterior, Glen Cook se sirve de diferentes narradores
para desarrollar la historia, esta vez en tres líneas cronológicas – presente,
pasado reciente, pasado remoto – que acaban confluyendo hacia el final de la
novela. Además de los sucesos presentes en la Llanura del Miedo, hace pocos
años un hosco soldado veterano de campañas anteriores que se encuentra en
Enebro, locación donde se desarrollaba la segunda novela, investigando los
misteriosos túmulos que supusieron un gran peligro para el continente. Y hace
siglos, estuvo Bomanz, un mago bajo disfraz mundano que en un sitio de
excavación busca desentrañar la trama que supuso la derrota de La Dama y El
Dominador.
Los diferentes narradores y las
distintas líneas temporales son uno de los grandes aciertos de la novela no
solamente por la riqueza de registros que provee sino porque poco a poco Cook
revela los elementos históricos y mitológicos del universo que ha creado. En
lugar de haber quemado todas sus naves y revelar dichos elementos durante las
primeras novelas, simplemente los esbozó para poder moldearlos en el presente
volumen con mayor profundidad una vez sus personajes y el mundo ya han sido
establecidos.
También su imaginería en La Rosa Blanca desborda lo entregado en
los dos primeros trabajos. Además de los Tomados – seres mágicos y crueles al
servicio de La Dama – y las horribles criaturas que buscan preparar el camino
para el regreso de El Dominador, el autor puebla la Llanura del Miedo con
menhires parlantes, árboles errantes, túmulos, mantas voladoras orgánicas,
inmensas ballenas del viento, tormentas del cambio que mutan los cuerpos de
quienes se internan en ellas y un antiquísimo dios en la forma de un árbol
igualmente anciano.
No obstante estos elementos
fantásticos, el realismo que Glen Cook otorga al relato se traduce no solamente
en los soldados rasos de la compañía
sino en taberneros, familias y conflictos que podrían ser extraídos de
cualquier novela ajena a la fantasía por su mundanidad, no lejanos a la
nostalgia de la vejez, a la añoranza de la juventud, al cariño por un hijo que
ha debido emprender un largo viaje o a la pérdida de las facultades poseídas en
la madurez de la vida, arrebatadas por el tiempo y el paso de los años. Incluso
en las escenas épicas, las batallas poseen el realismo y la dureza de alguien
quien ha experimentado la guerra en primera persona y que es dueño de un
profundo conocimiento táctico de los movimientos bélicos además de la fricción
del campo de batalla enfocada desde el punto de vista de soldados que se mueven
entre el fuego, los escombros, el barro y el peligro.
Todo lo anterior cristaliza en una
excelente caracterización donde cada personaje adquiere matices profundamente
humanos. Nadie escapa a la corrosiva influencia del conflicto armado, pero casi
todos tienen la posibilidad de mostrar algún rasgo o de llevar a cabo alguna
acción que pueda redimirlos, salvándolos de la barbarie. Es una constante en
las novelas de Glen Cook, y en especial en un mundo tan oscuro y violento como
el de La Compañía Negra. Gracias a esta ambigüedad y complejidad no solamente
ha alcanzado un lugar esencial en el género sino que su influencia aún puede
sentirse después de décadas. Siete más son las novelas que el escritor publicó
en este universo antes de recuperar la serie con la publicación de Port of Shadows en inglés hace un par de
años y la próxima A Pitiless Rain presentada
como la conclusión de la saga. Es de esperar que Montena se decida a continuar
la publicación de los volúmenes restantes acompañada por un mejor trabajo de
marketing ya que Glen Cook merece llegar a una audiencia tanto o más amplia que
sus contemporáneos.
Isaac Civilo B.
La
Rosa Blanca: La Compañía Negra 3
Glen Cook
Montena
480
páginas
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