Reseña TV: Tales from the Loop


Tales from the Loop

Después de los primeros episodios de Tales from the Loop, la nueva propuesta de ciencia ficción de Amazon Prime Video, la primera pregunta que podría aparecer en la mente del espectador atento es la posibilidad de que sus creadores y el servicio de streaming hayan optado por un proyecto de tales características de manera muy consciente. Y es que desde su comienzo, esta nueva serie se mueve tan a contracorriente de lo que puede encontrarse en la pantalla chica que cuesta creer que haya sido concebida sin tener en consideración la fórmula de innumerables entregas de ciencia ficción hoy por hoy.

Varios son los rasgos que la separan de sus competidores. Sus ocho episodios no se erigen sobre misterios que deban ser descubiertos o incógnitas que deban ser resueltas. Ya esto elimina la posibilidad de la tan manida vuelta de tuerca, la sorpresa que usualmente golpea al espectador, pero que poco aporta a la profundidad temática carente en muchas series. Por ende, no existe tampoco aquel enganche y el suspenso que lo antecede. Lo que sí existe en abundancia es el ritmo pausado, el tono melancólico, la atmósfera bucólica, la reflexión por momentos de corte filosófico, y el énfasis en las relaciones familiares que depende de los detalles, de los gestos más mínimos. 


Incluso su fuente de inspiración es atípica. No es un remake de alguna antigua serie de televisión olvidada o la adaptación de alguna novela sino son simplemente las imágenes del artista visual sueco Simon Stålenhag, imágenes retrofuturistas de imponentes espacios abiertos como puede apreciarse en el libro publicado el 2015, acompañado por microhistorias. En ellas se puede apreciar la presencia ya obsoleta de la tecnología que aún contempla el quehacer humano, empequeñeciéndolo como si se desarrollara bajo la mirada de antiguos dioses.


Todo lo anterior se entiende si se considera que el creador, guionista y showrunner de la serie es Nathaniel Halpern, conocido por su labor en la interesante serie de televisión Legion. Muchas de las imágenes del libro de Stålenhag son replicadas con gran detalle en cada uno de los episodios, aunque nunca son el centro de la narrativa. Como en la mejor ciencia ficción, la tecnología funciona como el detonante de conflictos humanos más profundos. El dolor del crecer, la pérdida, la falta de tiempo para completar los grandes proyectos, la soledad, la frustración y la inexorabilidad del paso del tiempo son los temas alrededor de los que giran estos ocho episodios. Cada uno de estos es una historia independiente, pero que también está conectada a las otras a través de un elenco coral que se siente extrañamente íntimo. Sus caminos siguen la lógica circular de un bucle, siempre volviendo sobre sus inicios, reforzando esa sensación de narración circular.


La intimidad de los relatos descansa en gran parte en el pueblo donde se encuentra El Bucle, aquel centro subterráneo de investigación física. Esta comunidad parece existir sólo conforme a sí misma, en una burbuja desconectada del resto del mundo. No hay celulares, no hay internet, no hay redes sociales. Su aire pastoral envuelve cada una de las escenas de sus casi ocho horas de duración, solamente interrumpido por piezas tecnológicas dispersas a través de su paisaje, una interrupción extraña que curiosamente no se siente fuera de lugar sino que refuerza el aislamiento del ruido de las grandes urbes y los grandes acontecimientos. 



En esto se acerca un poco a Dark, la serie estrella alemana de Netflix, aunque su estructura narrativa es de una simpleza refrescante. Y por fortuna la aleja de series tan agotadas como Black Mirror u otras en franca decadencia como Stranger Things. Tales from the Loop, por el contrario y en un guiño muy inteligente aunque guardando las distancias, se acerca mucho más a El Decálogo de Krzysztof Kieślowski, aquella cinta de larga duración dividida en diez episodios transmitidos por la televisión polaca. En ellos, sus personajes tejían complejas relaciones a medida que sus caminos coincidían alrededor de la misma locación durante su metraje. Sus creadores demuestran habilidad en esto y un subtexto casi religioso que siempre se ha filtrado en la buena ciencia ficción.


Hay robots sentientes desterrados para su propia protección, artefactos que permiten intercambiar cuerpos y mentes, otros que permiten detener el tiempo mismo, estructuras cuyo eco indican la duración de las vidas de quienes se atrevan a emitir sonidos en su interior, y por sobre todo hay un sentimiento de pérdida, de muerte inclusive, y de la impermanencia de la cosas, su transitoriedad. En contraste, lo que no hay es estruendo. Desde la sensación de tranquilidad inquebrantable hasta la presencia casi espectral de la tecnología, incluso los momentos culmines de cada episodio parecen no provocar ondas que rompan el paso prudente y repetitivo de la normalidad. 


La banda sonora de Philip Glass y Paul Leonard-Morgan, cuyo minimalismo y repetición pausada no podría haber sigo mejor elegida, acentúa el ritmo de dicha vida. El mismo minimalismo es puesto en relieve en la simpleza de los diálogos y sus personajes que siempre parecen desprenderse de las sílabas justas para expresar sus emociones, ni una más de las requeridas. Esto no debilita su impacto emocional, por el contrario, magnifica su dimensión y su alcance, superando a las leyes de la física y a los experimentos del bucle mismo, impotentes a la hora de contener los sentimientos de sus personajes.


Por supuesto, es imposible hablar de originalidad aquí. Desde las imágenes de Simon Stålenhag que sirvieron como inspiración a sus creadores, pasando por otras series de televisión que probablemente las generaciones más jóvenes desconozcan en medio de la vorágine de las ofertas de streaming actuales hasta la literatura de ciencia ficción de los últimos 70 años, las nociones sobre las que se cimienta Tales from the Loop han sido exploradas desde diferentes prismas. Lo que realmente pone en relieve su calidad es la delicadeza con la que construye su propuesta y los materiales que ocupa para ello – el silencio, la calma, la contemplación – algo muy llamativo en una época donde lo que vende tanto en la pantalla grande como en la chica es la velocidad, el estrépito, los superhéroes y la carencia de reflexión.

Isaac Civilo B.

Tales from the Loop
Amazon Prime Video
440 mins.



Comentarios

Entradas populares