Reseña: Estación de Tormentas (The Witcher 8) de Andrzej Sapkowski
Estación de Tormentas

En su comienzo, Estación de Tormentas se siente algo liviana en comparación.
Probablemente al no formar parte de la narrativa principal de la saga, sea
considerada como una suerte de largo apéndice que, en términos de información,
no aporta mucho a lo ya desarrollado en volúmenes anteriores. Sin embargo, rápidamente Sapkowski comienza a hilar
una historia de gran ritmo donde recupera muchos de los elementos mitológicos y
políticos de la serie. La trama comienza en la villa portuaria de Kerack donde
el Brujo encuentra, una vez más a su fiel amigo, el trovador Jaskier, y de paso
a otra de aquellas hermosas hechiceras eslavas que Sapkowski con tanto detalle
creara a lo largo de numerosas historias.

Todas las características de
Sapkowski están en Estación de Tormentas:
la prosa elegante, los diálogos afilados y dinámicos, el humor negro, los giros
de tuerca, una atmósfera muy bien lograda y, por supuesto, una dimensión
existencialista, casi nihilista, en la figura de Geralt de Rivia, quien a esta
altura ya lleva un año separado de Yennefer, pero que, en más de una ocasión, se
acerca peligrosamente a otra de las hechiceras de turno. Sin embargo, y a
diferencia de los volúmenes principales de su saga más famosa, en esta ocasión Sapkowski
no pone tanto énfasis en dicho existencialismo sino que deja respirar más el
relato. Esto no quiere decir que no exista una serie de capas en las que el
lector pueda sumergirse si desea profundizar más en el fino análisis sobre lo
usos del poder, los peligros de la manipulación genética y la ambición humana
que su autor ofrece.

Aun así, Sapkowski se las arregla
para cerrar la novela con un final algo ambiguo desde donde se desprenden
algunos indicios que podrían apuntar hacia una continuación de su saga, un
siglo después de que Geralt, Yennefer y Ciri pasaran a ser parte de la
historia. No pasa de ser un delgado hilo, quizás un sueño o una ilusión lanzada
al viento que no se concretará, pero al menos el autor no ha cerrado la puerta
completamente a tal posibilidad. Es sólo un atisbo a un futuro que puede no
existir, pero que si llegara a materializarse, sería un regreso bienvenido a un
mundo que ha cautivado a millones de personas.
Isaac Civilo B.
Estación
de Tormentas
Andrzej
Sapkowski
Alamut
312
páginas
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