Reseña: El Horror Sobrenatural en la Literatura de H. P. Lovecraft (Valdemar Gótica Nº 80)


El Horror Sobrenatural en la Literatura

Pocos son los escritores que hayan dejado una huella tan profunda en algún género literario como H. P. Lovecraft la dejó en el terror. El espigado autor oriundo de Providence es considerado, junto a Edgar Allan Poe y Thomas Ligotti, miembro de aquella trilogía que ha definido la senda que transitan quienes exploran el lado más oscuro de la naturaleza humana, y en el caso de Lovecraft, el lado más oscuro de lo que se encuentra más allá de nuestra existencia, en el cosmos.

Quizás lo más notable del creador de la mitología de Cthulhu y Los Antiguos es la forma en que su influencia se extendió década tras década, arrojando una sombra inmensa sobre todo lo que se ha escrito en el género durante el siglo siguiente. Es impensable hablar de terror sin que el nombre de Lovecraft y sus criaturas asome en más de alguna ocasión. No obstante, lo más notable y extraño, es haberse convertido en un punto de inflexión tan marcado en la evolución de este estilo cuando ya existían una serie de autores muy superiores en cuanto a técnica, imaginería y ejecución, como el mismo Lovecraft reconoció en vida en numerosas ocasiones, incluso admitiendo que sus historias nunca podrían compararse a las de verdaderos titanes como Arthur Machen, Lord Dunsany o Algernon Blackwood. Quizás, lo que realmente lo diferencia de tales artistas no es su calidad inferior, sino haberse entregado por completo a la investigación, difusión y creación de un género, el fantástico, que consideraba tan merecedor de reconocimiento como el realismo e incluso los clásicos.

Los esfuerzos de Lovecraft en esta dirección cristalizaron en su famoso ensayo El Horror Sobrenatural en la Literatura, publicado originalmente en 1927, y revisado en los años 1933 y 1934. En éste, el creador del Necronomicón realizó un recorrido cronológico que lo llevó desde las raíces mismas del relato gótico hasta lo que él denominaba Los Grandes Maestros del género. Hasta hoy en día, el ensayo es considerado el más completo que se haya escrito sobre el tema e incluso aquellos editores y escritores que no eran seguidores de sus historias reconocieron en El Horror Sobrenatural en la Literatura una obra sumamente competente. Es cierto que en algunos aspectos, su conocimiento era algo limitado. Un pequeño grupo de especialistas recalcaron su escaso conocimiento de aquellos escritores fantásticos de la antigüedad – como Luciano de Samósata o Catulo – que se adentraron en los oscuros pasajes literarios y que pueden considerarse los primeros matices de la literatura gótica. Se echa de menos, también, un análisis más acabado de la amplia gama de relatos fantásticos escritos durante la época victoriana. E igualmente, en palabras del lovecraftólogo S. T. Joshi, es sorprendente que no haya mención sobre la tragedia y la épica griega y romana aunque esto seguramente se debe al hecho de que Lovecraft consideraba que “el cuento fantástico típico de la literatura clásica es producto del siglo XVIII”. De cualquier forma, tanto Joshi como otros críticos no insisten en estos pequeños bemoles. Al contrario, agradecen la detallada investigación y el genio analítico y creativo del autor de Providence evidente en las páginas del ensayo, que además ha resistido la prueba del tiempo como guía esencial para cualquiera que desee explorar la historia de este género.

El Horror Sobrenatural en la Literatura se divide en diez partes – introducción incluida – donde Lovecraft define los principios que debería tener cualquier relato que se precie de fantástico. Tras la introducción, los cuatro primeros capítulos recorren la evolución de la narrativa gótica – sus albores, su comienzo, el apogeo y las secuelas – desde la antigüedad misma pasando por los matices más sombríos de obras de Shakespeare, Malory, Marlowe, Blake y Coleridge hasta llegar al que correctamente considera la primera novela propiamente gótica: El Castillo de Otranto (1764) de Horace Walpole. Desde ahí siguen Los Misterios de Udolfo (1794) de Ann Radcliffe, El Monje (1796) de M. G. Lewis y El Italiano (1797) también de Radcliffe, como piezas clave en el inicio del género. Si bien, en su opinión, hay mucho de reprochable en estos trabajos en cuanto ejecución formal, Lovecraft consideraba que las semillas que habían sembrado darían fruto durante las décadas siguientes.

Melmoth el Errabundo (1820) de Charles Maturin conectaría con las historias cortas de E. T. A. Hoffmann y Gustav Meyrink, autores europeos cuya influencia se extendería a lo largo del continente hasta llegar a Estados Unidos y al mismísimo Edgar Allan Poe. El capítulo VII está dedicado casi completamente al genio de Baltimore a quien Lovecraft eleva al sitial de ser el primero en comprender la dimensión profundamente psicológica del relato fantástico y plasmarlo en las páginas con una técnica depurada al punto de que la calidad de sus creaciones fuera casi inédita en el género. En el siguiente capítulo, se analiza la tradición fantástica en Estados Unidos, conectando a Poe con otros tres de los escritores favoritos del creador de Cthulhu, Nathaniel Hawthorne, Ambrose Bierce y Clark Ashton Smith, todos en su muy alta estima, pero algo eclipsados por el genio de Poe. Por fortuna, el tiempo se ha ocupado de otorgales el estatus que merecen.

En el capítulo IX, Lovecraft se centra en la rica tradición fantástica de las Islas Británicas. En la etapa de investigación y documentación para El Horror Sobrenatural en la Literatura, esto supuso el descubrimiento de notables autores algo desconocidos para el escritor de Providence: entre otros, Lafcadio Hearn, Matthew Phipps Shiel y especialmente William Hope Hodgson, a quien Lovecraft dedicó varios párrafos adicionales en la edición de 1934. Junto a escritores reconocidos como Oscar Wilde y Bram Stoker, estos resultaron en una apreciación incluso más intensa hacia el género fantástico británico, probablemente la tradición más rica de todos los continentes.

Donde Lovecraft realiza su mayor contribución es en el último capítulo dedicado a lo que él denomina Los Grandes Maestros. Respaldado por el peso de la historia, su apreciación respecto de los mejores exponentes de lo fantástico resultó ser tremendamente exacta. Arthur Machen, M. R. James, Algernon Blackwood y Lord Dunsany aún son considerados como lo más selecto que la literatura de la imaginación en su vertiente fantástica sombría haya producido. Dunsany, en particular, se reveló como una gran inspiración para Lovecraft, tan significativa como el mismo Poe. Los escritos de su primera etapa así lo demuestran. Este capítulo final es un agudo análisis de las obras de estos autores: Arthur Machen y su visión del terror cósmico – su influencia sobre el ciclo de Mitos de Cthulhu es insospechada –, Algernon Blackwood y la cristalización del sombrío mundo irreal, M. R. James y su diabólica capacidad para evocar el horror desde la vida cotidiana, y el mencionado Lord Dunsany y su prosa prístina con la que creó mundos y mitologías de gran belleza, opuestos a lo que podríamos esperar de los otros tres creadores y de Lovecraft mismo, y más cercano al poeta irlandés W. B. Yeats, también admirado por Lovecraft como el mayor poeta de su tiempo.

Esta estupenda edición de Valdemar agrega casi 300 páginas de material adicional al ensayo original. Ésta incluye una extensa nota bibliográfica sobre las obras y los autores citados, los relatos fantásticos preferidos de Lovecraft, el cuaderno de notas del autor (1916-1936), dos capítulos con notas sobre la narrativa de ficción fantástica y de viajes interplanetarios, y cuatro notas autobiográficas de gran interés donde el autor esboza su concepciones sobre el género fantástico y cómo su propio trabajo encaja en él. En estas últimas páginas sorprende la humildad y la objetividad de Lovecraft respecto de sus relatos y su propia persona, algo que el presente haría bien en recordar.

Si El Horror Sobrenatural en la Literatura es considerado el mejor ensayo escrito hasta la fecha sobre el género fantástico, quizás sea necesario indicar que esta hermosa edición de Valdemar en su excelente colección Gótica puede también ser la definitiva gracias a la traducción y la exhaustiva documentación de Juan Antonio Molina Foix (el volumen incluye más de 550 notas) y a cientos de páginas de material extra que permiten al lector lograr una comprensión histórica y estilística más profunda sobre Lovecraft y especialmente sobre lo fantástico, que el autor presenta como “una deslumbrante victoria del espíritu frente a la materia, una imperiosa evasión de la realidad cotidiana y u imprescindible rescate de la facultad de soñar, de crear otros mundos”.

Isaac Civilo B.

El Horror Sobrenatural en la Literatura
H. P. Lovecraft
Valdemar
456 páginas

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